Casi 345 millones de personas luchan hoy en día contra el hambre aguda en todo el mundo. Pero cuando hablamos de solucionar el hambre, consumir calorías no es lo único que importa. Las personas necesitan dietas asequibles, variadas y constantes, ricas en nutrientes, para tener una vida larga, saludable y con seguridad alimentaria.
La malnutrición es un fenómeno global y una emergencia silenciosa que representa una de las mayores barreras para el desarrollo económico. No existe ningún país en el planeta que no esté afectado por este problema — en este momento, 2.800 millones de personas en todo el mundo no pueden acceder a una dieta saludable. Durante las últimas décadas, la comunidad internacional ha unido fuerzas para enfrentar esta crisis de frente, y el mundo vio un cambio importante. En 2018, casi 50 millones menos de niños sufrían retraso en el crecimiento (es decir, son más bajos de lo esperado por retrasos en el desarrollo a largo plazo), en comparación con hace casi dos décadas, en el año 2000.
Pero ahora, la lucha para eliminar el hambre y la malnutrición se está frenando debido a una serie de crisis, como hambrunas provocadas por personas, aumento de la pobreza, cambios en las dietas y la crisis climática. Solo los recortes en la ayuda exterior de EE.UU. y Europa podrían privar a 2,3 millones de niños del acceso al tratamiento contra la desnutrición grave, provocando la muerte de 369.000 niños al año que podrían haberse salvado.
¿La buena noticia? Sabemos que este problema se puede resolver. Pero hace falta una gran inversión de fondos para cambiar el rumbo de esta crisis. Así es como Global Citizen está actuando para cerrar para siempre la brecha de la malnutrición.
¿Qué es exactamente la malnutrición y cuáles son sus impactos?
La malnutrición es causada por una dieta incompleta, ya sea por no consumir suficientes calorías, micronutrientes (vitaminas y minerales esenciales que necesita el cuerpo para estar sano) o ambos. Sus consecuencias pueden ser mortales. Aproximadamente la mitad de todas las muertes de niños menores de cinco años está relacionada con la malnutrición. Y es algo generalizado. Más de 45 millones de niños menores de cinco años sufren emaciación (peso peligrosamente bajo), y más de 150 millones tienen retraso en el crecimiento. Mientras tanto, en países más ricos, las comidas llenas de calorías pero pobres en nutrientes generan obesidad y riesgos relacionados.
No olvides que estos números no son solo estadísticas: son futuros y vidas que se pierden. Incluso un solo episodio durante la infancia puede causar efectos de por vida, como enfermedades crónicas, dificultades de aprendizaje o peores oportunidades laborales de adulto. Tener acceso a comida nutritiva es inalcanzable para muchas personas en todas partes, pero especialmente en crisis provocadas por conflictos armados, desastres climáticos y crisis económicas. La situación es aún más grave en regiones frágiles o afectadas por conflictos. En Sudán, más de 1 de cada 3 niños sufre desnutrición grave; en Somalia, el 63% de los niños no tiene acceso seguro a comida. Esa cifra llega hasta un asombroso 93% en Gaza.
Aunque la malnutrición es devastadora para una persona, también genera consecuencias en toda la sociedad. Le cuesta a la economía mundial 1,6 billones de dólares americanos al año — eso es más que el PIB de países enteros (como España, Arabia Saudí o Turquía). En países de ingresos bajos y medios, el retraso en el crecimiento de los niños cuesta al sector privado 135 mil millones de dólares americanos al año en productividad perdida, y puede causar pérdidas de PIB de hasta el 16%.
Necesitamos una llamada de atención mundial
A pesar de un objetivo global para eliminar la malnutrición para 2030, el progreso va para atrás. La pandemia de COVID-19, el aumento de los precios mundiales de los alimentos y los grandes recortes en los fondos de ayuda internacional ponen en peligro lo que se ha conseguido, arriesgando retrocesos serios en nutrición.
¿La respuesta? Los líderes mundiales tienen que priorizar directamente las iniciativas locales de nutrición. Invertir en nutrición no solo salva vidas — también las transforma, mejorando la salud, fortaleciendo las economías y creando sociedades más justas. Mejorar la nutrición — sobre todo durante los primeros 1.000 días de vida — es una de las mejores y más inteligentes inversiones para luchar contra la pobreza extrema. Estos primeros años marcan todo el futuro de un niño o una niña, y facilitan su crecimiento, aprendizaje y una vida más saludable y productiva. Por eso, cada dólar americano invertido en nutrición devuelve 23 dólares americanos en beneficios económicos más amplios.
Lo que falta ahora es actuar — y conseguir el dinero necesario para hacerlo realidad.
Así es como Global Citizen está tomando acción
Por más de una década, Global Citizen ha movilizado al público para ejercer presión sobre los líderes mundiales y que se comprometan a invertir en financiación global para la nutrición. Grandes eventos, como el Festival Global Citizen, sirven como plataforma para que los líderes del mundo suban al escenario y demuestren su compromiso para eliminar el hambre. En festivales anteriores, gobiernos de países como Francia, Reino Unido y Japón han prometido millones para iniciativas de nutrición global. Global Citizen también ha reaccionado en momentos de crisis, desde el COVID-19 hasta emergencias de hambruna, presionando para que haya más ayuda destinada a UNICEF, al Programa Mundial de Alimentos (WFP) y a otras organizaciones humanitarias que trabajan en primera línea de esta crisis global.
Global Citizen hace campañas activamente a favor de importantes organizaciones multilaterales que generan verdadero impacto, como la Asociación Internacional de Fomento (IDA) del Banco Mundial, que es un gran financiador de la nutrición en países de bajos ingresos, así como iniciativas como la Global Financing Facility (GFF) para apoyar la nutrición de mujeres y niños, y Scaling Up Nutrition (SUN), un movimiento de actores públicos, privados y civiles que trabajan juntos para mejorar la nutrición.
A través de campañas de incidencia, festivales musicales con celebridades y contacto directo con gobiernos e instituciones internacionales, así es como Global Citizen ha transformado la conciencia en acción.
Estudio de caso: Nutrition for Growth (N4G) 2025
Una de las grandes oportunidades para movilizar a favor de la nutrición global ha sido la cumbre N4G, un evento global recurrente para incentivar compromisos importantes para terminar con la malnutrición en todo el mundo. Convoca a gobiernos, sector privado y sociedad civil para hacer promesas concretas, desde financiar programas de ayuda hasta respaldar investigaciones nuevas sobre sistemas alimentarios, garantizando que los fondos lleguen a donde logren mayor impacto.
En 2025, Global Citizen estuvo en París co-organizando un evento paralelo oficial de N4G junto a la Alianza Global para la Nutrición Mejorada (GAIN) y Act4Food. El evento puso en el centro a la juventud y reunió a expertos y activistas para dialogar sobre cómo integrar mejor los sistemas alimentarios indígenas en las políticas globales de clima y nutrición. Los ponentes resaltaron que los sistemas alimentarios tradicionales y (las comunidades detrás de) estos cultivos protegen variedades biodiversas que ayudan a promover la nutrición, la salud, la resiliencia climática, la identidad cultural y los medios de vida económicos, todo a la vez.
Este evento se llevó a cabo en medio de una serie de eventos de compromisos que culminaron en $27,5 mil millones para combatir la desnutrición global, igualando lo recaudado en 2021, a pesar de que el contexto financiero era más difícil. Pero gracias al esfuerzo del anfitrión de N4G y la presión de la incidencia, los donantes respondieron con más de 400 compromisos, enviando un mensaje potente: la nutrición tiene que integrarse en toda la agenda de desarrollo global.
Estudio de caso: Ayuda de emergencia de EE. UU. para Somalia y Yemen
En 2017, la hambruna amenazaba a millones en Somalia y Yemen, pero la financiación global para enfrentar esta crisis no llegó ni cerca de lo que se necesitaba. Las alarmas globales estaban sonando, pero en ese momento, la Casa Blanca estaba proponiendo recortes profundos en la ayuda exterior estadounidense, incluyendo fondos para asistencia alimentaria vital.
Ante esto, los Global Citizens actuaron. En alianza con la banda Pearl Jam, realizaron casi 50,000 acciones para contactar a representantes del Congreso local y pedirles que votaran a favor de fondos de emergencia adicionales para detener la hambruna. Esta presión colectiva ayudó a asegurar 991 millones de dólares en ayuda de emergencia, ayudando a evitar un desastre mayor.
Pero hoy, están surgiendo nuevas crisis porque recortes masivos a la ayuda exterior de Estados Unidos han dejado a millones sin alimentos, costando recursos, dinero y poniendo vidas vulnerables en peligro. Sin esta ayuda fundamental, la vida de muchas personas queda en el limbo sin sentido — no porque no existan soluciones, sino porque los suministros esenciales no pueden llegar a donde más se necesitan.
Estudio de caso: El compromiso de Dinamarca con la AIF
Durante todo 2024, Global Citizen apoyó la campaña de recaudación para la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco Mundial. AIF es una agencia única a nivel internacional, ofreciendo financiamiento a los 78 países más vulnerables y mejorando la vida de 1,9 mil millones de personas en todo el mundo. Su experiencia ha demostrado que puede sacar países de la pobreza ofreciendo subsidios y préstamos con tasas de interés bajas, incluso del 0%, que impulsan el desarrollo económico y abordan la desnutrición para más de 40 millones de mujeres y niños cada año.
Global Citizen trabajó para asegurar compromisos tempranos de los países más ricos antes de la fecha límite de recaudación para la AIF, generando impulso y apoyo para esta misión fundamental. Uno de los países clave que dio el paso fue Dinamarca. En el escenario del Global Citizen Festival en Central Park, el Ministro de Finanzas danés, Nicolai Wammen, y el actor y Embajador de Buena Voluntad del PNUD, Nikolaj Coster-Waldau, anunciaron el compromiso del país de 491,7 millones de dólares para la AIF — un asombroso 40% más que su última contribución. "¡Hola Nueva York! ¡Global Citizens, hemos escuchado sus voces!" dijo Wammen, celebrando el papel que Global Citizens tuvo para motivar a Dinamarca a tomar acción.
Lo que está en juego
La desnutrición amenaza casi cada pilar del desarrollo internacional, desde la salud y la educación hasta la construcción de la paz. El costo de no actuar se mide en vidas perdidas y billones de dólares desperdiciados.
El mundo ha avanzado y logrado hitos importantes, pero con los progresos estancados, no podemos darnos el lujo de parar ahora. Con el aumento de la inseguridad alimentaria y los fondos en peligro, luchar por la nutrición es más urgente que nunca.
Por eso tu voz es tan importante en este tema. Una forma en la que puedes ayudar es uniéndote a Global Citizen: toma acción, exige que los líderes mundiales rindan cuentas y presiona por financiamiento para acabar con la desnutrición de una vez por todas.