Los momentos clave para la humanidad suceden en los lugares y momentos más insólitos.
Sudeep Joshi, un investigador postdoctoral en el Instituto de Tecnología Stevens, se encontraba almorzando junto a sus colegas, cuando se le ocurrió que tal vez los hongos o setas podrían usarse en sus experimentos para generar electricidad a partir de cianobacterias, según publicó la BBC.
Joshi y sus colegas habían estado tratando de extraer electricidad de las cianobacterias después de haber colocado cultivos bacterianos en superficies artificiales que imitaban las condiciones naturales, pero el proyecto no prosperó.
Luego, durante el almuerzo, se dio cuenta de que los hongos naturalmente albergan muchas bacterias y decidieron probar algunas en el laboratorio.
La generación de electricidad a partir de cianobacterias requiere encontrar una forma de aprovechar su fotosíntesis.
Para lograr esto, el equipo imprimió en 3D nanoribbons de grafeno sobre hongos para actuar como conductores. Luego también se imprimieron en 3D espirales de cianobacterias en los hongos.
Finalmente llegó el momento esperado: una vez que la luz brillaba sobre los hongos, las bacterias producían electricidad que luego se acumulaba en los nanocintas. La cantidad de electricidad producida fue insignificante, pero Joshi le dijo a la BBC que múltiples hongos juntos podrían alimentar una bombilla LED.
Y dado que los hongos están acostumbrados a fomentar bacterias, las cianobacterias pueden sobrevivir durante mucho más tiempo en estas condiciones de lo que podrían hacerlo en una superficie artificial.
El equipo cree que esta investigación podría ayudar a estimular futuros experimentos sobre el potencial energético de las cianobacterias, lo que eventualmente podría llegar a conducir a una fuente viable de energía sostenible.
"Estamos buscando conectar todos los hongos en serie, en una matriz, y también estamos buscando reunir más bacterias", dijo Joshi a la BBC.
"Los próximos pasos incluyen la optimización de las bio-corrientes para generar más electricidad, y así alimentar un pequeño LED", agregó.
A medida que los países buscan economías de energía limpia para mitigar el cambio climático, la investigación sobre alternativas sostenibles a los combustibles fósiles ha aumentado.
Por ejemplo, un grupo de investigadores de la UC Berkeley pudieron generar electricidad cultivando bacterias en un caldo especial. Un equipo de la Universidad de Harvard también creó una hoja artificial que ya comienza a utilizarse en el mundo real como fuente de energía. En España, por su parte, una empresa de gestión de residuos ha podido convertir las aguas residuales y otros residuos en una fuente de combustible libre de carbono.
Todos estos esfuerzos están ocurriendo en los márgenes del movimiento de las energías limpias, que está principalmente impulsado por energía solar, eólica e hidroeléctrica. Pero a medida que la ventana para enfrentar el cambio climático de manera significativa se cierra rápidamente, el mundo necesita generar energía limpia a través de todas las fuentes posibles.