Con apenas 29 años, Esther Kimani ya está marcando tendencia en el mundo de la agritech, transformando la vida de pequeños agricultores en toda África. Como fundadora de Farmer Lifeline Technologies, ha aprovechado la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático para combatir plagas y enfermedades en los cultivos, reduciendo significativamente las pérdidas post-cosecha de agricultores rurales. Su innovador trabajo la llevó a recibir el prestigioso Cisco Youth Leadership Award (CYLA), una prueba de su visión, resiliencia y compromiso con el empoderamiento del sector agrícola en África.
“En Cisco, poner en práctica el propósito significa que vemos seguido el ‘cambio’ que la tecnología puede aportar a las comunidades”, comenta Fran Katsoudas, Vicepresidenta Ejecutiva y Directora de Personas, Políticas y Propósito en Cisco. “Las soluciones agritech de Esther están dando pasos grandes para erradicar el hambre en el mundo, generando un impacto positivo en miles de personas en Kenia”, explica Katsoudas. “Farmer Lifeline Technologies lleva la innovación a las partes más esenciales de nuestras comunidades, y en Cisco nos sentimos orgullosos de ayudar a Esther a lograr su visión de un futuro más sostenible.”
De raíces rurales a pionera tecnológica
El viaje de Kimani comenzó en un pequeño pueblo keniano en las faldas de las Montañas Aberdare, donde creció como la mayor de cuatro hermanas en una familia de agricultores. Al ver de cerca el impacto devastador de las plagas y enfermedades en sus cosechas, y, por ende, en sus ingresos, entendió desde pequeña que las pérdidas agrícolas podían significar no poder cubrir necesidades básicas como las cuotas escolares o el acceso a atención médica.
A pesar de estos desafíos, Kimani fue la primera chica de su pueblo en asistir a la Universidad de Eldoret en Kenia, donde estudió informática. Fue allí donde se dio cuenta del potencial de la tecnología para resolver los problemas que había vivido desde niña.
“Sabía que estaba dejando mi hogar para poder cambiarlo,” recuerda. “Vi cómo la innovación podía atender las dificultades de los agricultores rurales, y así nació Farmer Lifeline.”
Una ayuda vital para pequeños agricultores
“Solo en Kenia, existen 7.5 millones de pequeños agricultores,” comenta Kimani. “Y en toda África, esa cifra sube a 33 millones. Cada temporada, estos agricultores pueden perder hasta el 50% de su producción a causa de plagas y enfermedades, ¡pérdidas que podrían alimentar a millones!”, explica. “Las soluciones tradicionales, como contratar agrónomos privados (con un costo de unos $60 por consulta) o el uso de drones (a $100 por hora), resultan demasiado costosas para los agricultores rurales.”
¿Su solución? Una cámara equipada con IA instalada en las granjas sin costo inicial, que escanea los cultivos constantemente y avisa a los agricultores por mensaje de texto (SMS) cuando detecta plagas o enfermedades. “Simplificamos la IA para que los agricultores no tengan que entender el aprendizaje automático,” dice Kimani. “Solo leen un SMS, algo que ya usan todos los días.”
Por solo $3 al mes, los agricultores reciben diagnósticos en tiempo real, recomendaciones de tratamiento e incluso pronósticos del clima, conectando la tecnología de punta con la accesibilidad.
Empoderando a las mujeres en la agricultura
Una prioridad clave para Kimani es apoyar a las mujeres agricultoras, que representan el 43% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo, pero a menudo no tienen acceso a la tecnología.
“En las comunidades rurales, los hombres suelen tener smartphones, mientras que las mujeres dependen de celulares básicos,” señala. “Así que, con alertas por SMS, nos aseguramos de que ninguna mujer se quede fuera.”
Su trabajo ya ha impactado a miles de agricultores, y planea expandirse a cinco países africanos (Tanzania, Uganda, Ruanda, Nigeria y Zambia) para 2026 y llegar a 1 millón de agricultores para el 2030.
Kimani agrega que el 78% de los agricultores que han usado su tecnología reportan aumentos de producción superiores al 36%. “Además, la tecnología ya se ha probado con éxito en cinco países africanos, lo que demuestra su adaptabilidad y potencial para ampliarse a diversos escenarios agrícolas,” comenta.
Premios, mentoría y el poder de las alianzas
La innovación de Kimani le ha valido varios reconocimientos, incluyendo el Waislitz Global Citizen Disruptor Award, el FAO Achievement Award de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y ahora el Cisco Youth Leadership Award.
Estos premios no solo le han dado fondos, sino también credibilidad, ayudando a Farmer Lifeline Technologies a crear asociaciones con ONGs, cooperativas de agricultores y agentes de extensión agrícola.
“La mentoría ha sido crucial,” resalta. “Como joven fundadora, especialmente en tecnología, tener asesores que creen en tu visión lo cambia todo.”
Para Kimani, el éxito en 2030 significa ver a 1 millón de pequeños agricultores viviendo con dignidad, pudiendo pagar educación, atención médica y logrando estabilidad financiera gracias a mejores cosechas.
¿Su consejo para jóvenes emprendedores africanos? “Atrévete a soñar, y sueña en grande. Cuando era niña y trabajaba en el campo, jamás imaginé estar en escenarios internacionales. Pero con esfuerzo y confianza, todo es posible.”
Kimani no solo está construyendo una empresa; está reinventando el futuro de la agricultura africana, un SMS a la vez.