Con el retraso de la producción de alimentos, el incremento de los precios en la comida y millones de personas desplazadas de sus fuentes de ingreso el año pasado, no es una sorpresa que la pandemia del COVID-19 y sus interrupciones económicas subsecuentes hayan exacerbado el hambre en el mundo.

El incremento ha sido tan drástico que diversos países en el mundo necesitarán duplicar sus inversiones en seguridad alimenticia y nutricional hasta 2030 para erradicar el hambre global de una vez por todas, según un nuevo reporte de Donor Tracker

Pero la escala del hambre persistente tiene poco que ver con la pandemia y más con la falta de políticas de protección social en muchos países. Cuando los gobiernos aprobaron las medidas de distanciamiento físico para contener el COVID-19, la base desgastada de apoyo proveída a muchas comunidades se colapsó rápidamente, dejando a familias expuestas a restricciones difíciles de pobreza. Alimento, asistencia médica, cobijo, ingreso —si estas protecciones sociales hubieran sido garantizadas por los gobiernos, la pandemia no habría desestabilizado las comunidades como tal, según Olivier De Schutter, el relator especial de Naciones Unidas sobre pobreza extrema y los derechos humanos.

Estas protecciones sociales cuestan dinero, pero la incapacidad de proveerlas a la larga es más costosa para los países ya que el porcentaje de personas que sufren hambre incrementa, las complicaciones en la salud se acumulan, los sistemas educativos flaquean, el potencial económico se despilfarra y la disfunción social prolifera. 

Sin embargo, para muchos países de bajos ingresos el costo para crear un sistema de bienestar sólido simplemente es enorme. Y ahí es donde la solidaridad internacional se presenta, como una forma de asistencia de desarrollo oficial por parte de los países ricos y de apoyo por parte de instituciones multilaterales. 

El reporte de Donor Tracker ahonda en el estado de la seguridad alimenticia en el mundo desde la perspectiva de la ayuda internacional, y traza cómo la lucha para erradicar el hambre puede lograrse para finales de la década. 

Global Citizen apoya estas recomendaciones como parte de nuestro Plan de recuperación para el mundo en vísperas del evento Global Citizen Live el 25 de septiembre. En particular, Global Citizen está haciendo campaña para incrementar las inversiones para el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD por sus siglas en ingles) y CGIAR, para movilizar la ayuda de emergencia a favor de los 41 millones de personas en riesgo de padecer hambre y fondos para los programas de alimentación para 126 millones de estudiantes, para mejorar las cadenas de suministro agrícola y apoyar las comunidades vulnerables ante la falta de alimento.

El modelo de activismo de Global Citizen exhorta a los gobiernos y las empresas a hacer compromisos financieros para apoyar estos objetivos y, posteriormente, somete estos compromisos a criterios de rendición de cuentas rigurosos. 

A continuación presentamos cinco hallazgos del reporte que pueden guiar la recuperación global en los próximos años. 


1. Los índices de hambre aumentaron 15% en 2020. 

Antes de la pandemia, los índices de hambre global iban aumentando gradualmente debido al cambio climático, los conflictos y el estancamiento económico. Pero el impacto rápido del COVID-19 eclipsó en breve estas presiones. 

De hecho, una de cada 3 personas en el mundo no contaba con comida suficiente en 2020 y 10% de la población global padeció hambre, un incremento de 15% del año previo, que también deshizo rápidamente los avances de más de una década. 

En particular, los niños fueron bastante afectados. Las cifras muestran que 22% de niños menores de 5 años sufrieron retrasos de desarrollo y 7% atrofias, en 2020. Ambas complicaciones de salud surgen de la falta de nutrición y pueden causar deficiencias de por vida; y en casos extremos, la muerte. Aproximadamente 45% de las muertes en este grupo de edad se debe a la falta de nutrición. 

Naciones Unidas solicita $5.5 mil millones de dólares adicionales en financiamiento para enfrentar el hambre y ayudar a que 34 millones de personas no padezcan inanición. 

2. La agricultura es una fuente importante de ingreso para las personas que viven en la pobreza.

Más de mil millones de personas en el mundo ganan sus ingresos a través de la agricultura, e incluso más personas están involucradas de manera más general en el sistema de producción y distribución de alimentos. La gente que cultiva para ganarse la vida con mayor probabilidad se encuentra cerca de la línea de la pobreza y, cuando la pandemia llegó, muchas de estas personas perdieron sus medios de vida. Organizaciones como el IFAD y el Programa Mundial de Alimentos (WFP por sus siglas en ingles) se apresuraron a proveer becas en efectivo, ayuda alimenticia y otras formas de asistencia. Pero solo pudieron hacerlo hasta cierto punto ya que la ayuda humanitaria fue desviada para contener el COVID-19 y los presupuestos nacionales de los gobiernos se vieron afectados por las reducciones de ingresos. 

El reporte de Donor Tracker evidenció que las interrupciones agrícolas no terminarán con la pandemia. Por el contrario, el cambio climático representa incluso amenazas mayores para la producción global de alimentos. Como resultado, es urgente que los países inviertan en formas agrícolas de resiliencia climática que rehabiliten la tierra, usen menos agua, promuevan la regeneración de ecosistemas y generen más alimentos en menos tierra.

3. Las inversiones en seguridad alimenticia, nutrición y agricultura se están quedando atrás de las necesidades.

La ayuda oficial al desarrollo (ODA) en el extranjero que financia la seguridad alimenticia y la agricultura ha aumentado constantemente en los últimos años. El financiamiento para la seguridad alimenticia incrementó de $5.3 mil millones a $6.8 mil millones de dólares entre 2015 y 2019, mientras que el financiamiento para propósitos agrícolas incrementó de $7.1 mil millones a $7.6 mil millones de dólares. La mayoría de fondos para estos sectores provino de Estados Unidos, que aportó $4.8 mil millones de dólares en financiamiento alimenticio y nutricional en 2019, según el reporte. Entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, tanto Alemania como Reino Unido también dieron sumas substanciales, junto con Japón, Francia, Canadá y Holanda. 

A pesar de estos incrementos, los fondos siguen estando por debajo de lo que se necesita para erradicar realmente el hambre y transformar el sistema alimenticio global. De hecho, el Global Hunger Index reportó que para erradicar el hambre para 2030 se requerirán $330 mil millones de dólares, en promedio aproximadamente $33 mil millones de dólares al año. Con el incremento del hambre causado por la pandemia, dicha cifra seguro incrementará. 

Los agricultores en los países en desarrollo, necesitan $240 mil millones de dólares anualmente para hacerle frente al cambio climático. Estas inversiones parecen mucho, pero son indispensables para asegurar que el sistema alimenticio global sobreviva los impactos futuros. 

4. Transformar el sistema alimenticio puede mitigar la pobreza, el cambio climático, mejorar la salud, la educación y los resultados económicos. 

Invertir en el sistema alimenticio global y los pequeños agricultores es una manera directa de aliviar la pobreza, empoderar a las comunidades y establecer las bases para un crecimiento económico amplio, según el reporte. También puede mitigar el cambio climático, salvaguardar los recursos de agua y reducir el riesgo de conflicto.

Existen algunos objetivos humanitarios de gran alcance y más urgentes que el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2: Erradicar el hambre. Ahora es el momento para que los países redoblen su compromiso para asegurar que todos tengan acceso a la comida nutritiva y sostenible.

5. Los eventos próximos que pueden actuar como trampolín para obtener recursos.

En los próximos meses, diversos eventos pueden actuar como canales para obtener más fondos agrícolas y para alimentos. Primero está la UN Food Systems Summit el 23 de septiembre, donde los líderes mundiales discutirán cómo construir un sistema alimenticio sostenible y sólido. Posteriormente, Global Citizen Live se transmitirá a todos los países del mundo el 24 de septiembre para movilizar compromisos financieros importantes para la nutrición y la seguridad alimenticia. Finalmente, la Nutrition for Growth Summit en diciembre ayudará a alinear a los políticos en un plan global para mejorar los niveles de nutrición en todo el mundo. 


Puedes unirte a la campaña de Global Citizen Live para defender el planeta y vencer la pobreza al tomar acción aquí, y volverte parte de un movimiento impulsado por ciudadanos en todo el mundo que están tomando medidas junto con gobiernos, empresas y filántropos para hacer un cambio.

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