Se estima que uno de cada cuatro ucranianos ha sido desplazado desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, lo que desató la crisis de refugiados más grande de Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Con este tipo de desplazamientos masivos de más de 11 millones de personas llegan los riesgos a la salud acrecentados, incluyendo el riesgo potencial a las enfermedades infecciosas.
Yevgenii Grechukha, pediatra especializado en la inmunización que trabaja para la Organización Mundial de la Salud (OMS) como funcionario nacional para la inmunización y las enfermedades prevenibles a través de las vacunas, afirmó que factores como el contacto social intenso y cercano, ciertas condiciones de vida pobres en los refugios y el acceso limitado al agua, al saneamiento y a la higiene juegan un papel clave en dichos riesgos acrecentados.
“Las condiciones del clima y el estrés físico solo incrementan la posibilidad de que la gente pueda [contraer] enfermedades infecciosas”, Grechukha afirmó a Global Citizen, desde Truskavets al oeste de Ucrania, cerca de la frontera polaca. “A pesar de [ser] abril, afuera de mi ventana, hay nieve en Ucrania”.
Al fondo, las alarmas de la Fuerza Aérea de Ucrania pueden escucharse. Estas indican que existe la amenaza de un ataque aéreo potencial o de disparos de artillería. Pueden durar desde 10 minutos hasta horas una vez activadas, incluso a mitad de la noche. Su propósito es alertar a las personas para que busquen un refugio.
Para Grechukha, significan que debe desplazarse al sótano del hotel donde se está quedando.
“No hay noche o día sin ataques o sin el sonido de las alarmas”, afirmó. “Es nuestra realidad actual”.
Ya que las prioridades de las personas han cambiado desde el inicio del conflicto, protegerse a sí mismas contra el coronavirus no es necesariamente una prioridad, afirmó Grechukha, lo que puede conducir a más brotes de COVID-19.
“El virus simplemente sacará ventaja de la situación y se propagará mucho más”, afirmó. “Personalmente estoy asustado de que se convierta en un problema inmenso”.
Con carencias básicas en las instalaciones de salud, desde medicinas que salvan vidas hasta el oxígeno que comienza a “escasear de manera alarmante”, según la OMS, Grechukha está preocupado de que un brote potencial causaría más devastación en el sistema de salud frágil del país.
Ucrania tiene una tasa de vacunación baja comparada con otros países europeos. Hasta el 25 de abril, se estimaba que aproximadamente 36% de las personas de Ucrania estaban totalmente vacunadas contra el COVID-19, comparado con poco más de 71% en Polonia. Sin embargo, Grechukha afirmó que se dio una aceptación constante de la vacuna antes de la irrupción del conflicto. Diariamente 50,000 personas se vacunaban, antes de la invasión.
Esta cifra ha caído de manera drástica, actualmente se realizan menos de 9,000 vacunaciones al día, en parte, porque el acceso a las vacunas es limitado.
A principios de año, las vacunas del COVID-19 eran administradas a través de tres canales: en las instalaciones de salud, a través de equipos móviles y en centros de vacunación comunitarios. Los últimos dos servicios ya no se ofrecen por el conflicto.
Además, ha habido un descenso en las pruebas de COVID-19 que, según Grechukha, muestra una alta probabilidad de “transmisión importante no detectada”.
Antes del conflicto, Grechukha visitó los sitios de pruebas para el COVID-19 con el propósito de evaluar el almacenamiento de vacunas y el equipo, además de monitorear los problemas relacionados con las vacunas, incluyendo el trabajo con el personal de asistencia médica al responder a reacciones adversas en los pacientes. También creó una estrategia de manejo de residuos para los desechos relacionados con las vacunas, como las jeringas, con el fin de garantizar su eliminación segura.
Muchas compañías de desechos no están operando en regiones impactadas por el conflicto, así que Grechukha trabaja ahora para encontrar maneras a través de las cuales las instalaciones de salud desechen de modo seguro sus desechos relacionados con las vacunas. Su papel también lo mantiene colectando la información más reciente sobre las vacunaciones y las recomendaciones para el COVID-19, además de crear materiales tanto en Inglaterra como en Ucrania para los trabajadores del sector salud y el público en general.
En octubre de 2021, se detectó poliomielitis (polio) en Ucrania debido a años de tasas de inmunización bajas. La polio, una enfermedad infecciosa causada por un virus que impacta el sistema nervioso, puede causar parálisis de por vida e incluso la muerte, con mayor frecuencia impacta a los niños menores de 5 años.
Si bien no hay cura para la polio, la enfermedad se previene a través de la vacuna, que puede proteger a un niño de por vida. Después del surgimiento de la polio en Ucrania, una campaña de vacunación planeada para este año tenía el objetivo de vacunar a 140,000 niños en su primera fase.
El 1 de febrero se lanzó la campaña, pero fue interrumpida cuando las fuerzas rusas atacaron el país el 24 de febrero. Esto imposibilitó el acceso seguro a los niños para que los trabajadores del sector salud pudieran administrar las dosis.
Según UNICEF, solo 40,000 niños recibieron la vacuna durante las primeras semanas de la campaña, que dejó a otros 100,000 sin vacunar.
“Por supuesto que durante [la pandemia] del COVID-19 era difícil [para nosotros llevar a cabo el trabajo relacionado con la salud]. Y luego, además, apareció el brote de polio. En realidad se puso peor. Ahora es la invasión a gran escala. Es tremendamente difícil pero nuestro equipo continúa [trabajando] porque es nuestra obligación”, afirmó Grechukha.
Grechukha, quien apoya al gobierno de Ucrania y a varios estados en las campañas de vacunación, solía viajar por todo el país para monitorear y apoyar los esfuerzos de inmunización relacionados con el COVID-19.
Antes residía en Kyiv, la capital de la ciudad, pero fue reubicado con algunos colegas a Truskavets por razones de seguridad. Actualmente desde un hotel, Grechukha se comunica como mejor puede con equipos en todos el país que tienen acceso limitado a internet y líneas telefónicas.
Desde la invasión, Rusia ha atacado estaciones de telecom y torres de telefonía celular en Ucrania, en un esfuerzo por destruir las telecomunicaciones y el acceso a la información. La caída de la conectividad ha impactado la capacidad de los trabajadores del sector salud para accesar plataformas de salud clave.
En 2016, el servicio de salud nacional de Ucrania desarrolló un portal de e-salud para registrar cualquier la información sobre un paciente, incluyendo récords de inmunización. Debido a la conectividad de internet interrumpida, el portal se ha paralizado.
“Antes del 24 de febrero, [la OMS] constantemente recibía registros y conocía la situación y la cobertura de las vacunaciones con inmunización de rutina y campañas de polio”, afirmó Grechukha. “Después del 24 de febrero, este sistema se interrumpió y el acceso a los registros es limitado. Hay claramente un antes y un después”.
Mientras el gobierno trabaja para restablecer esta plataforma, Grechukha contacta a las instalaciones de salud por teléfono y les pide manualmente esta información con el fin de asesorarlos según las campañas de inmunizaciones.
Aproximadamente 1,000 instalaciones de asistencia médica están ubicadas en zonas de conflicto en Ucrania. Según la OMS, más de 100 ataques a las instalaciones de asistencia médica han sido documentados desde el inicio del conflicto, incluyendo ataques a hospitales infantiles y salas de maternidad.
Hasta el 7 de abril, estos ataques habían causado 73 muertes, 51 heridos, daños a edificios e interrupciones a los servicios de salud, como el acceso a la medicina e inmunización.
Debido al conflicto, se supone que la mitad de las farmacias en Ucrania están cerradas, mientras que los trabajadores del sector salud están desplazados o imposibilitados para acceder sus lugares de trabajo debido a la destrucción de carreteras y puentes. Suministrar medicinas bajo estas circunstancias ha sido un problema de logística complejo.
Además, antes del conflicto, la principal ruta de distribución de vacunas se llevaba a cabo en avión. Sin embargo, ya que el espacio aéreo de Ucrania está cerrado, esto ya no es una opción, según Grechukha. La OMS y otras organizaciones médicas han optado por entregar las vacunas por tierra a través del sistema ferroviario, el cual aún opera.
“Los trabajadores del sector salud continúan trabajando, a pesar de todos los retos que tienen, a pesar de las explosiones y los disparos. Continúan realizando su labor y vacunando”, afirmó Grechukha. “Me quedo atónito cuando pienso en ello. Son verdaderos héroes”.
Si los últimos dos años nos han enseñado algo sobre la salud global, es la importancia de las vacunas. La World's Best Shot es una serie de perfiles dedicados a compartir las historias de los activistas a favor de las vacunas en todo el mundo.
Declaración: Esta serie fue posible con fondos de la Fundación Bill y Melinda Gates. Cada historia se produjo con independencia editorial total.