Por qué es importante para los Global Citizens 
La equidad de las vacunas (la distribución equitativa de las vacunas en todo el mundo) es esencial para poner fin a las enfermedades infecciosas que se propagan rápidamente entre países. El tercer Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas exige la buena salud y el bienestar para todos, lo cual no se puede lograr si los países adoptan una mentalidad nacionalista sobre las vacunas en vez de apoyar la respuesta mundial. Únete a nosotros para tomar acciones sobre este tema aquí.

Un año después del primer caso reportado de COVID-19, la vacuna Pfizer-BioNTech se convirtió en la primera inmunización completamente probada en ser aprobada para uso de emergencia contra el virus mortal.

El acelerado desarrollo y la aprobación de la vacuna fue un éxito extraordinario en la salud mundial, y fue recibido internacionalmente con un suspiro de alivio. Pero la aprobación de una vacuna segura y eficaz es solo el primer paso para poner fin a la pandemia. El siguiente es producir suficientes vacunas para inmunizar a la mayoría de la población mundial, así como distribuir y administrar esas dosis de manera ordenada y eficiente.

Aquí es donde entra en juego el concepto de "equidad de la vacuna". ¿Cómo nos aseguramos de que la vacuna se distribuya de manera justa a diferentes poblaciones, y que personas con diferentes recursos y contextos puedan acceder a ella cuando llegue el momento?


La gran pregunta es, especialmente porque la oferta sigue siendo limitada, ¿quién recibe la vacuna y cuándo?

"Podemos estar de acuerdo en que todos deben tener derecho a la salud, independientemente de su nivel socioeconómico, sus antecedentes o el tipo de pasaporte que portan", comentó a Global Citizen la Dra. Yvonne Commodore-Mensah, profesora asistente de las escuelas de Enfermería y Salud Pública de la Universidad John Hopkins. "Pero debido a la disparidad en los recursos económicos, el campo de juego no está nivelado en términos de recursos para adquirir la vacuna".

Canadá y el Reino Unido han ordenado la mayor cantidad de dosis de vacunas en relación con sus poblaciones, asegurando más de nueve dosis por persona y más de cinco dosis por persona respectivamente, según un análisis reciente de The Guardian.

Mientras Estados Unidos ha comprado 1.200 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19, suficientes para administrar más de tres dosis a cada persona. Toda la Unión Africana ha solicitado solo 270 millones, lo que equivale a una inyección por persona para el 20% de toda su población, informó The Guardian.

¿Por qué es tan importante la equidad en las vacunas?

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que la mentalidad nacionalista sobre las vacunas (donde los países presionan para obtener acceso primero) pone al mundo al borde de un "fracaso moral catastrófico".

Pero la distribución desigual de la vacuna contra el COVID-19 en la esfera global no es solo una cuestión de moral o ética. Al tratarse de una enfermedad infecciosa que no respeta fronteras, seguirá siendo una amenaza para la comunidad internacional mientras exista en cualquier parte del mundo.

“El nacionalismo de las vacunas solo ayuda a que el virus se propague”, dijo a Global Citizen la Dra. Angela K. Shen, científica visitante del Centro de Educación sobre Vacunas del Hospital Infantil de Filadelfia. “Para que una vacuna funcione, es necesario que la mayor parte de la sociedad esté protegida, y esa protección ocurre cuando se vacuna a todo el mundo. Esto es lo que se busca implementar para todos porque, de forma inherente, así es como protege a todos colectivamente".

Especialmente con la aparición de nuevas variantes en el contexto de la actual pandemia de COVID-19, cuantas más personas quedan sin vacunar, mayor y potencialmente más severo es el riesgo colectivo.

¿Cómo podemos asegurarnos de que las vacunas se compartan de manera equitativa?

Para evitar un sistema de asignación basado en el poder adquisitivo de los países, se creó el Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra la COVID-19, conocido como COVAX, para ayudar a los países más pobres a vacunar sus poblaciones.

La colaboración global, codirigida por la OMS, GAVI, la Alianza para las Vacunas, y la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI), pretende asegurar al menos 2 mil millones de dosis para el final de 2021 y garantizar el acceso equitativo de 92 países de ingresos medianos que no pueden pagar los suministros vitales por sí mismos.

Más allá de la distribución equitativa a escala mundial, los países individuales también enfrentan el problema del acceso desigual a la vacuna entre sus propias poblaciones. Así como los países de altos ingresos pueden acumular vacunas para sus ciudadanos, las personas adineradas pueden usar su poder adquisitivo para obtener acceso prioritario si no se implementan pautas.

Para evitar que esto suceda y asegurar un acceso equitativo, los países han realizado implementaciones por etapas que priorizan la vacunación de personas con mayor carga de hospitalización o muerte por COVID-19, incluidos los trabajadores de la salud, los adultos mayores y los trabajadores esenciales, antes de abrir el suministro de vacunas al resto de la población.

Pero incluso con un sistema de implementación nacional justo, las desigualdades estructurales existentes pueden plantear desafíos a las poblaciones vulnerables. Por ejemplo, en áreas más pobres o rurales, los hospitales y clínicas a menudo no tienen los congeladores ultrafríos necesarios para almacenar la vacuna COVID-19 de Pfizer, lo que hace que el suministro sea más limitado y la aplicación más lenta.

El Proyecto de Equidad de Vacunas COVID-19 (CVEP) busca resolver estos desafíos más localizados mediante el apoyo al seguimiento de las vacunas, la gestión de suministros, la participación de la comunidad y más, en países de ingresos bajos y medios. Codirigido por el Instituto de Vacunas Sabin, Dalberg y el Instituto de Investigación y Capacitación JSI, el proyecto está actualmente activo en Kenia, Ecuador, Nepal y Etiopía.

"COVAX y GAVI se enfocan en la equidad en términos de llevar vacunas a países de ingresos bajos y medianos, y ese no es un problema menor", dijo a Global Citizen Jennifer Siler, vicepresidenta de participación de la comunidad global del Sabin Vaccine Institute. "Pero una vez que se obtienen las vacunas para esos países ¿cómo se aplican a la gente que realmente las necesita y cómo se prioriza la población?"

Siler explicó que algunos de los principales desafíos que ha presenciado el equipo CVEP incluyen combatir la desconfianza y la desinformación de las vacunas, preparar los centros de salud para administrar vacunas COVID-19 sin un aumento de personal y desarrollar una mejor comprensión de lo que está sucediendo a nivel local.

Con dos vacunas COVID-19 aprobadas para uso completo y muchas más en proceso de desarrollo, la comunidad internacional está en el camino de la recuperación después de un año definido por el aislamiento y la pérdida.

Pero en medio del entusiasmo de acelerar hacia la meta, es importante que los países recuerden que nadie está a salvo, hasta que todos estén a salvo. Únete al movimiento por la equidad de las vacunas y participa aquí, para ayudar a asegurarnos de que brindaremos atención contra  el COVID-19 para todos, en todas partes.

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¿Qué es la equidad de la vacuna?

Por Kristine Liao