Según el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud, al menos la mitad de la población mundial no puede acceder a los servicios de salud esenciales.
Cerca de 100 millones de personas en todo el mundo están siendo empujadas a la pobreza extrema debido a los costos de la atención médica, lo que significa que después de pagar por servicios de salud vitales, procedimientos y medicamentos, tienen menos de $1.90 por día para vivir.
La falta de acceso a servicios de salud asequibles y de calidad no es solo un problema en los países en desarrollo o en los países con una tasa de pobreza alta, es un problema que afecta a personas de todo el mundo, desde los Estados Unidos hasta Chad y China.
Pero un mundo en el que los servicios de salud adecuados y asequibles estén disponibles para todos no es imposible. De hecho, en los países que trabajan para lograr la cobertura universal de salud (CUS), el sueño de la atención médica para todos ya está a la vista.
Todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas se han comprometido a alcanzar la CUS para el año 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero no todos han comenzado a tomar las medidas necesarias para que los servicios de atención médica sean accesibles y asequibles en los próximos 12 años.
Tal vez el mayor obstáculo en el camino para establecer la cobertura universal de salud es la falta de voluntad política, pero cuando hay voluntad, se puede.
Desde el 2000, decenas de países, entre ellos Canadá, Arabia Saudita, Ruanda, Cuba, Indonesia y Kenia, han comenzado a implementar reformas para establecer la cobertura universal de salud. Las iniciativas de reforma de países como Ruanda e Indonesia son prueba de que los países no tienen que ser ricos para proporcionar una cobertura de salud asequible.
Además de superar la falta de voluntad política, hay varias otras barreras importantes que los países que esperan alcanzar la cobertura universal de salud antes de 2030 deben abordar. Estos incluyen la falta de trabajadores capacitados en el cuidado de la salud, vacunas, medicamentos, equipos e infraestructura.
En algunos países, la falta de infraestructura significa que las personas se ven obligadas a viajar largas distancias, lo que puede ser costoso y, a veces, peligroso llegar a los servicios e instalaciones de atención médica. Esto no solo significa que las personas pueden verse desalentadas de recibir un tratamiento preventivo como las vacunas, sino que también significa que esperarán hasta que sus vidas se encuentren en peligro para buscar atención médica.
La falta de vacunas y medicamentos significa que, incluso cuando estén dispuestos y puedan buscar atención, es posible que el tratamiento no esté disponible o no sea asequible, o que no haya trabajadores capacitados para brindar atención.
En los últimos 16 años, Ruanda, apodada "la tierra de las mil colinas", ha logrado brindar cobertura de salud a cerca del 90% de su población, a pesar de su economía de bajos ingresos. Logró hacerlo al aprobar políticas que dirigen el uso de los ingresos tributarios y la ayuda exterior para cubrir los costos de atención médica y pedir a sus ciudadanos que paguen bonos voluntarios de acuerdo a sus ingresos, informó el New York Times.
Pero abordar la falta de trabajadores de la salud calificados requiere un enfoque diferente.
Alrededor de 830 mujeres en todo el mundo mueren cada día por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto, en gran parte debido a la falta de personal sanitario capacitado y de parteras, especialmente en los países en desarrollo. En muchos países, simplemente no hay suficientes jóvenes estudiando carreras en salud para construir la próxima generación de trabajadores.
Aquellos que sí esperan ingresar a esta área pueden tener dificultades para obtener una capacitación adecuada porque los recursos y oportunidades tienden a concentrarse en ciertas áreas. Los bajos salarios y las largas horas de la industria pueden disuadir a otros de ingresar o motivarlos a mudarse a áreas con un potencial de pago más elevado y lejos de las áreas que requieren personal, causando una escasez de trabajadores de la salud que desempeñan una función crítica.
Los trabajadores de primera línea son clave para reducir las tasas de mortalidad infantil, tratar enfermedades prevenibles y realizar trabajos de campo durante las pandemias actuales y futuras en todo el mundo. Sin ellos, será difícil para los países lograr CUS.
La OMS estima que sin esfuerzos específicos para inspirar y capacitar a la próxima generación de trabajadores de la salud, habrá una escasez mundial de 18 millones de profesionales de la salud para 2030. Y aunque la escasez se hará sentir en todo el mundo, se pronostica que Asia y África subsahariana serán las zonas más golpeadas.
Es por eso que Johnson & Johnson apoya a aquellos trabajadores de la salud que se desempeñan en las áreas más básicas de atención.
La compañía ha trabajado para proporcionar educación y capacitación accesible para los profesionales de la salud, incluidos aquellos programas dirigidos a los trabajadores de la salud jóvenes. De 2010 a 2015, Johnson & Johnson apoyó programas para más de 410,000 proveedores y más de 78,000 trabajadores de la salud solo en 2016. A través de su trabajo con el gobierno chino y otros socios, Johnson & Johnson ha ayudado a más de 250,000 trabajadores de la salud a mejorar sus habilidades para salvar las vidas de más de 150,000 bebés por los próximos 10 años.
Pero establecer la CUS no puede centrarse únicamente en la creación de infraestructura y la capacitación de profesionales, y la carga no puede recaer únicamente en los gobiernos o el sector privado.
Para alcanzar los objetivos para el 2030, se necesita un enfoque holístico que involucre a múltiples partes interesadas.
Si bien los gobiernos pueden y deben desempeñar un papel de liderazgo en el movimiento global de CUS, para hacer realidad el sueño de la cobertura universal de salud, los gobiernos, las organizaciones sin fines de lucro y las empresas deben trabajar juntos para crear e invertir en sistemas de salud robustos.
Global Citizen y Johnson & Johnson apoyan el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU de garantizar vidas saludables y el bienestar de todas las personas. Actúa aquíjunto a Global Citizen y Johnson & Johnson para asegurarte de que todos puedan obtener los servicios de salud que necesitan sin importar quiénes son, dónde viven o cuáles son sus ingresos.