Un dispositivo portátil está facilitando la salud materna en Kenia

Autor: Jacky Habib

Edwin Ndeke for Global Citizen

“Muévelo hacia la derecha... sí, déjalo quieto ahí”, dice con voz tranquila desde una tablet apoyada en un mostrador dentro de la Clínica Médica Zackii, en las afueras de Nairobi.

En la pequeña sala de la clínica, Stella Arikiriza, embarazada de seis meses, está recostada en la camilla para una ecografía de rutina.

A su lado, una clínica ajusta el pequeño ecógrafo sobre su vientre, siguiendo las indicaciones que recibe a través de una videollamada en la tablet.

Kendie Kauria Pierah es la voz serena del otro lado de la videollamada. Gracias a las consultas de telemedicina, ella puede ver las imágenes de la ecografía en tiempo real y guiar al personal clínico en el uso del dispositivo portátil. Pierah, la principal ecografista de Ilara Health — una startup keniana que conecta clínicas con expertos en sonografía — se encuentra en Nairobi, ofreciendo soporte virtual y revisando los exámenes para ayudar a diagnosticar a las pacientes.

“Observo la frecuencia cardíaca, la posición y datos clave del feto como la edad y el peso para monitorear su desarrollo. También identificamos cualquier anomalía, como una disminución del movimiento fetal o del ritmo cardíaco”, explica Pierah.

En un país donde hay pocos expertos en sonografía, muchas mujeres embarazadas reciben ecografías hechas por enfermeros o clínicos que no tienen formación especializada para realizar o interpretar estos exámenes.

“La mayoría de las enfermeras nunca han utilizado un equipo de ultrasonido”, nos cuenta Pierah.

Con Ilara Health, un dispositivo portátil y la conexión virtual permiten que las mujeres embarazadas de todo el país puedan acceder al análisis remoto de expertos para sus ecografías. En pequeños estudios clínicos, estos dispositivos en manos de parteras han demostrado mejorar el diagnóstico y la atención durante el embarazo. Otras investigaciones muestran beneficios, sobre todo en la toma de decisiones clínicas durante la atención del parto.

Con 260 clínicas en todo Kenia que ya brindan este servicio, los cuatro ecografistas de Ilara Health, basados en Nairobi, revisan alrededor de 400 estudios mensuales de distintos centros médicos del país. Se espera que este número crezca rápidamente, pues la empresa quiere respaldar 500,000 ecografías para mujeres de todo Kenia en los próximos cinco años.

Riesgos elevados de mortalidad materna

Stella Arikiriza posa fuera de la Clínica Zackii el 10 de julio de 2025, en Uthiru, Nairobi, Kenia.
Image: Edwin Ndeke for Global Citizen.

Arikiriza, que será mamá por primera vez, es una de las miles de mujeres que ya han accedido a las ecografías de Ilara Health con análisis virtual de especialistas.

“Estaba un poco ansiosa. Quería asegurarme de que el bebé estuviera bien”, cuenta Arikiriza. “Me dijeron que la posición del bebé no era la [óptima] y me recomendaron masajear mi abdomen para que el bebé pudiera girar”.

Consejos como estos ayudan a las mujeres a entender mejor las posibles complicaciones del embarazo y a tomar decisiones informadas acerca de su parto. Según Pierah, muchas embarazadas no cuentan con esta información vital y “dan a luz [de forma vaginal] cuando deberían optar por una cesárea”, poniéndose en riesgo.

Kenia ocupa el cuarto lugar en África en muertes maternas, con 594 muertes por cada 100,000 nacidos vivos, según USAID. Para combatir estas cifras, las guías nacionales de obstetricia y atención perinatal de Kenia recomiendan un mínimo de cuatro consultas prenatales por embarazo; sin embargo, en zonas rurales el acceso suele ser limitado.

Eric Mbuthia, director de tecnología y medicina de Ilara Health, destaca que las ecografías son una parte esencial del control prenatal. Una buena ecografía puede marcar toda la diferencia para una mujer con un embarazo de alto riesgo, ya que ayuda a detectar posibles complicaciones y facilita una intervención temprana. Garantizar el acceso para todas las embarazadas es fundamental, explica Mbuthia.

Poder acceder a estos servicios —y que además sean brindados por expertos— suele ser un gran desafío. La mayoría de mujeres embarazadas en Kenia reciben sus ecografías en clínicas locales, donde no es obligatorio que el personal clínico tenga formación formal para realizarlas o interpretarlas. Aunque hay ecografistas capacitados en hospitales públicos, muchas mujeres en zonas alejadas no pueden acceder a ese servicio.

Ilara Health

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Edwin Ndeke for Global Citizen

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Edwin Ndeke for Global Citizen

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Edwin Ndeke for Global Citizen

“Imagina a una mujer embarazada, a punto de dar a luz, en un pueblo remoto, teniendo que ir en moto hasta el hospital público más cercano, que puede estar a 10 kilómetros, solo para una ecografía”, comenta Pierah.

Eso era lo que sucedía en Namanga, una localidad en la frontera de Kenia y Tanzania, donde las ecografías eran muy limitadas. Cuando un médico local compró un dispositivo portátil de Ilara Health, Pierah viajó para dar capacitación presencial sobre el uso del equipo y así las mujeres de la zona pudieron acceder a este servicio.

El acceso a la sonografía en Kenia

“Es impresionante la diferencia que hay a solo 20 minutos de Nairobi”, comenta Mbuthia, al reflexionar sobre las opciones de salud en las afueras de la ciudad. “Cuanto más te alejas de la capital, menos opciones tienes, ya sea por la cantidad de clínicas o por la distancia. Muchas mujeres solo pueden acudir a hospitales públicos, y los problemas que enfrentas ahí son los mismos en todo Kenia: demasiados pacientes, poco personal, falta de insumos y equipos que a veces no funcionan”.

Eric Mbuthia, director de tecnología y médico de Ilara Health, conversa con un colega en la Clínica Zackii el 10/07/2025, en Uthiru, Nairobi, Kenia.
Image: Edwin Ndeke for Global Citizen

Aunque Ilara Health trabaja principalmente con clínicas privadas, la empresa hizo alianza con el gobierno de la región de Makueni para ofrecer su servicio de ecografías virtuales y aumentar la accesibilidad. Ahora, el condado tiene 20 dispositivos portátiles (antes eran solo dos) para una población de casi un millón de personas.

En Kenia existe un sistema de salud público, pero suele ser inaccesible —por la distancia, la falta de personal o recursos, entre otras razones. Los datos indican que hasta el 47% de los hogares con menos ingresos buscan atención en clínicas privadas porque suelen ser más fiables. Por eso, el costo de estos servicios en centros privados es clave para determinar quién puede acceder.

En Kenia, una ecografía tradicional suele costar unos $20, mientras que con los dispositivos portátiles se puede hacer por unos $10. Los aparatos convencionales son grandes y fijos, mientras que los dispositivos portátiles son móviles y mucho más económicos.

De vuelta en la Clínica Médica Zackii, Arikiriza se va y llega Naomi Kwamboka, que está en su noveno mes de embarazo, para una ecografía de rutina.

“Tengo otros dos hijos, pero ya son grandes — una chica de 19 años y otra de 15 — ambas niñas”, cuenta. “Ahora estoy embarazada de un niño. Me lo dijeron hace tiempo, pero cada vez que vengo les pido que me lo confirmen otra vez. Solo quiero estar...

Claro —responde ella, riendo.

En un país donde la distancia muchas veces influye en los resultados, tener acceso a un ultrasonido ayuda a las personas a comprender su embarazo. Y para muchas personas en Kenia, esto cada vez está más al alcance de la mano.

Naomi Kwamboka y su esposo revisan resultados de ultrasonido en Clínica Zackii, Uthiru, Nairobi, el 10/07/2025.
Image: Edwin Ndeke for Global Citizen


Nota del editor: Este artículo forma parte de una serie realizada gracias al apoyo financiero de la Susan Thompson Buffett Foundation.