El mundo está a punto de eliminar la polio, y eso en sí mismo ya es casi un milagro. De las miles de enfermedades que afectan a las personas, solo una, la viruela, ha sido erradicada antes.

Pero a pesar de los enormes avances, la polio no se va a rendir sin dar batalla. Los recortes presupuestarios, brechas en la vacunación y los retos para llegar a comunidades de difícil acceso siguen alejando la meta final. A medida que los casos vuelven a repuntar, cepas del virus han reaparecido en países que hace tiempo fueron declarados libres de polio, incluso en Alemania.

¿Qué lo hace aún más preocupante? Alemania es uno de los últimos países en reducir su presupuesto de ayuda internacional, con planes de recortar 17 millones de euros solo en esfuerzos de vacunación contra la polio para 2026. Estos recortes económicos podrían acelerar la propagación de la polio y hacernos ver un futuro donde los rebrotes se vuelven algo común.

Hablamos con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para entender cómo estos recortes en Alemania podrían causar problemas a la salud global en el futuro.

Pero primero, ¿qué es exactamente la polio?

La poliomielitis, o polio, es un virus muy contagioso que se transmite, sobre todo, a través de agua y alimentos contaminados, y casi siempre afecta a niños menores de cinco años. Normalmente se queda en el intestino, pero puede llegar a atacar el sistema nervioso central. Sus síntomas son duros: fiebre, dolor de cabeza, vómitos, e incluso parálisis irreversible en aproximadamente 1 de cada 200 contagios. En los peores casos, puede paralizar los músculos responsables de respirar y causar asfixia. De hecho, el terrible brote de polio en Copenhague en 1952 llevó a crear el primer ‘pulmón de hierro’, un antecesor de las unidades de cuidados intensivos (UCI) modernas.

Antes de que llegaran las vacunas en los años 60, cada año se registraban más de 600,000 casos en todo el mundo. No existe cura todavía, pero sí se puede prevenir, y por eso los defensores de la salud global apuntan a erradicarla por completo.

Como explicó el Dr. Shahin Huseynov, Asesor Regional en la Oficina Regional de la OMS para Europa: “la posibilidad de éxito en erradicar la polio es única.” Aunque el virus es increíblemente contagioso, a diferencia de los coronavirus o la viruela del mono, no puede infectar a los animales, así que no existe un ciclo de contaminación cruzada, y eso nos pone cerca de lograr la victoria.

Así es como el mundo se unió para combatirla

En 1988, la Iniciativa Global para la Erradicación de la Polio (GPEI) nació como una alianza entre referentes de la salud global como la OMS, UNICEF, el Centro para el Control de Enfermedades de EE.UU., la Fundación Gates, Rotary International, Gavi y más. Con la llegada de dos vacunas poderosas, la accesible y económica vacuna oral contra la polio (OPV) (en gotitas), y la muy efectiva vacuna inactivada contra la polio (IPV) (inyectable), empezaron campañas globales de inmunización, logrando que los casos bajaran en un 99%.

En los años 80, la polio salvaje paralizaba a 1,000 niños cada día. Pero para 2021, los casos se redujeron a solo unos pocos. “Hasta ahora, se han evitado 20 millones de casos de parálisis, uno de los mayores logros en salud global de la humanidad. Erradicar la segunda enfermedad en la historia, después de la viruela, parece que está al alcance”, contó el Dr. Huseynov.

En los países ricos, con sistemas de salud robustos y recursos para vacunar a todos, el miedo a la polio ya es cosa del pasado. Alemania, por ejemplo, no tiene un caso de polio salvaje desde 1990.

¿Y entonces, por qué sigue existiendo la polio?

Erradicarla de verdad requiere cerrar todos los vacíos de inmunización al mismo tiempo y en todo el planeta, algo que suena prácticamente imposible. Hay comunidades en riesgo que enfrentan falta de fondos, conflictos, debilidad en su infraestructura, desinformación y caídas en las tasas de vacunación, lo que deja espacios para que el virus se mantenga vivo.

Aún así, la GPEI consiguió logros tremendos. India fue declarada libre de polio en 2014, y toda África en 2020. Y como enfatiza el Dr. Huseynov: “el programa contra la polio es mucho más que solo un programa de vacunación. Fortalece los sistemas de salud locales y logra resultados, incluso en zonas de crisis.”

“El personal de salud de la GPEI ha brindado la infraestructura para campañas de vacunación contra COVID-19, combatido brotes de ébola, tomado medidas contra la malaria y mejorado la vigilancia epidemiológica. Incluso en el conflicto reciente en la Franja de Gaza, una pausa humanitaria permitió vacunar a los niños, algo posible gracias a que ya existía una infraestructura por el programa de polio.”

Igual, quedan muchos retos. La polio salvaje aún existe en Afganistán y Pakistán, donde la falta de estabilidad política, la desinformación y las zonas rurales de difícil acceso hacen las cosas más difíciles. El COVID-19 también le hizo un “favor” a la polio al interrumpir las campañas mundiales de vacunación infantil. “Si la comunidad internacional falla ahora, el virus volverá. Los modelos predicen 200,000 niños paralizados cada año si esto ocurre, incluso en Europa”, agregó el Dr. Huseynov.

Si eso pasa, décadas de trabajo y miles de millones de dólares se habrán desperdiciado.

Cómo la polio puede regresar

¿Otra complicación preocupante? El poliovirus variante, o poliovirus derivado de la vacuna (VDPV). Aunque es raro, sucede cuando las cepas debilitadas de la OPV empiezan a circular, mutan y se fortalecen, poniendo en riesgo a personas no vacunadas o con defensas bajas. En 2024, variantes del poliovirus se detectaron en 38 países en todo el mundo, incluyendo Palestina y Yemen. Desde 2022, se ha encontrado VDPV en lugares como Jerusalén, Londres, Finlandia, España, Polonia y Nueva York, donde un joven sin vacunar terminó con parálisis por polio.

Y como advirtió el Dr. Huseynov, Alemania también ha detectado VDPV en aguas residuales en varias ciudades principales desde finales de 2024, incluyendo Múnich, Berlín, Bonn, Colonia, Hamburgo, Dresde, Düsseldorf, Stuttgart y Mainz. “Esto es una señal de alerta. Nos recuerda que, incluso en Alemania y otros países ricos de Europa, existe riesgo de contagio para las personas que no están bien protegidas contra el virus. Por eso combatir la polio en su origen es clave también para la salud pública en Alemania.”

El precio de recortar presupuestos

Hoy día, erradicar la polio es como un juego de “toca el topo”, pero si queremos terminar el trabajo, hay que detener cada brote, en todas partes, y al mismo tiempo. Eso requiere una coordinación internacional constante, además de una sincronización armónica de suministro de vacunas, acceso, voluntad política, demanda pública y, lo más importante, financiamiento que respalde todo esto.

GPEI depende principalmente de gobiernos y ONG para su apoyo financiero. El Dr. Huseynov explicó: “los recortes significativos en el presupuesto de GPEI significan que ciertas actividades, como la vigilancia de enfermedades y la construcción de inmunidad crítica, pueden no seguir realizándose en todas partes. Por si fuera poco, la retirada de Estados Unidos de áreas clave de financiamiento en salud global vuelve a demostrar que las soluciones multilaterales son más importantes que nunca.”

Alemania es el tercer mayor donante histórico de GPEI. Desde su fundación, ha donado €854 millones. Proporcionalmente, esto significa que Alemania ha ayudado a GPEI a vacunar a 123 millones de niños y evitar 824,000 casos de parálisis desde 1988. Durante la Cumbre Mundial de Salud en Berlín de 2022, se comprometió a €72 millones entre 2022 y 2026. Pero ahora planea recortar €17 millones en los próximos dos años, casi la mitad de su compromiso para ese periodo. “Estos recortes no solo envían un mensaje equivocado a otros países, sino que también ponen en riesgo los logros alcanzados por GPEI.” Según cálculos previos, este recorte podría significar que 2.6 millones de niños no sean vacunados y que alrededor de 17,700 queden en riesgo de parálisis permanente. 

El Dr. Huseynov también explicó que el financiamiento de Alemania no está destinado a una región o programa específico, lo que hace que su contribución sea aún más valiosa, ya que le da flexibilidad a GPEI para asignar recursos donde más se necesitan. Con menos fondos disponibles, las campañas podrían retrasarse y enfrentar decisiones difíciles. Si no se controla, los virus inevitablemente cruzarán fronteras, creando el escenario perfecto para que una crisis de salud global se salga de control. 

¿Nuevos donantes en el horizonte?

La estrategia final de GPEI requiere $6.9 mil millones hasta 2029. Mientras algunos países ricos se están retirando, otros están dando un paso adelante: Pakistán está financiando más esfuerzos propios a través de préstamos subsidiados, Arabia Saudita prometió $500 millones a comienzos de este año, y los Emiratos Árabes Unidos financiaron una campaña a gran escala tras el brote del año pasado en Gaza.

Pero estados frágiles que hoy enfrentan brotes, como Afganistán, Somalia y Yemen, todavía carecen de los recursos para hacer lo mismo. Sin compromisos sostenidos de donantes de toda la vida como Alemania, la erradicación seguirá alejándose, dándole tiempo al virus para evolucionar y esparcirse mientras el mundo tropieza justo al final del camino.

Estar cerca de la victoria no es suficiente

Erradicar la polio para todas las personas todavía es posible, pero los virus prosperan en la negligencia. La salud global depende no solo de avances científicos, sino también de decisiones humanas sencillas. Si las y los líderes mundiales usan las herramientas que tenemos o dejan de hacerlo, eso definirá los resultados de salud para la humanidad.

Muchas personas en Alemania y en el Norte Global nunca han experimentado la polio, así que es fácil restarle importancia. Pero las consecuencias afectan a toda una generación. Como enfatizó el Dr. Huseynov: “Con la prioridad en la seguridad de la salud, Alemania tiene una oportunidad única de recuperar su liderazgo en la lucha contra la polio y en la protección de la salud en Europa.”

La meta final está a la vista. Ahora es cuando hay que redoblar esfuerzos, no retroceder. Puede que la memoria sea corta, pero las consecuencias de no actuar pueden durar toda la vida.

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El mundo casi logra erradicar la polio, ¿por qué Alemania cortó el financiamiento ahora?

Por Victoria MacKinnon