A principios de este año, una sobreviviente de violación de 14 años en Paraguay murió durante el parto mientras los médicos le realizaban una cesárea de emergencia.

Era el recordatorio de una cruda realidad en Paraguay y en toda América Latina: una preponderancia de embarazos entre adolescentes y sus consecuencias a veces fatales.

Se estima que el 15% de todos los embarazos en América Latina ocurren en niñas menores de 20 años y 2 millones de niños en la región nacen de madres de entre 15 y 19 años cada año, según un nuevo informe publicado por las Naciones Unidas.

En general, las tasas de embarazo adolescente "disminuyeron levemente" en las últimas tres décadas, pero los embarazos entre las adolescentes menores de 15 años están en aumento.

Y esta tendencia alarmante recae casi por completo en aquellas niñas que no pueden ir a la escuela.

El informe señala que las adolescentes que solo tienen educación primaria o no tienen ninguna educación tienen hasta cuatro veces más probabilidades de tener hijos que las niñas con educación secundaria o superior. Del mismo modo, las niñas de hogares pobres tienen entre tres y cuatro veces más probabilidades de quedar embarazadas que las niñas de familias más ricas.

La mortalidad materna, mientras tanto, es una de las principales causas de muerte entre las niñas de entre 15 y 24 años en la región. En 2014, aproximadamente 1.900 adolescentes murieron como resultado de complicaciones durante el embarazo, el parto o después del parto.

A escala mundial, el riesgo de muerte materna se duplica en las madres menores de 15 años. Otros riesgos físicos y posibles consecuencias de los embarazos de adolescentes incluyen eclampsia, daño del piso pélvico y parto prematuro.

Algunas de las razones detrás de las altas tasas de embarazo adolescente en la región son la educación sexual deficiente y la prevalencia del matrimonio infantil, según detalla el informe. Del mismo modo, la falta de recursos en muchas comunidades a menudo significa que las jóvenes no tienen la información correcta sobre cómo prevenir embarazos o protegerse de contraer enfermedades.

El informe también señala que las niñas que quedan embarazadas son más propensas a abandonar la escuela, lo que tiene un impacto duradero en sus oportunidades económicas y su capacidad para mantenerse a sí mismas y a sus hijos. Esto lleva además a presiones sociales para que estas niñas se casen con el padre de sus bebés cuando todavía son niñas.

Las niñas que se destacaron en el informe provienen principalmente de familias pobres y viven en las afueras de las ciudades o en áreas rurales o semirurales. Estas chicas tienden a tener bajos niveles de educación y algunas nunca han asistido a la escuela. Una gran proporción de las niñas que estuvieron en la escuela y quedaron embarazadas no regresaron a la escuela después de dar a luz. En Perú, por ejemplo, el 77% de las niñas que quedaron embarazadas abandonaron, y en Guatemala la tasa subió al 88%.

La violencia sexual va de la mano con los embarazos de adolescentes, según el informe, y debe ser combatida de manera similar. El trauma de la violencia sexual puede disuadir a las niñas de regresar a la escuela después de dar a luz, por ejemplo.

La reducción de las tasas de embarazo adolescente en América Latina también es crucial para cerrar la brecha de género en la educación en la región y aumentar la capacidad de las mujeres para mantenerse económicamente, señala el informe.

Global Citizen realiza campañas para terminar con la violencia sexual en todo el mundo. Puedes ayudar aquí.


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Informe: Los embarazos adolescentes siguen siendo muy altos en América Latina

Por Erica Sánchez  y  Maria Rendo