Las personas que menstrúan gastan en promedio unos 1,773 dólares en productos para el periodo a lo largo de su vida. Pero una parte de ese gasto en productos menstruales podría evitarse si los gobiernos reconocieran las compresas y los tampones como artículos necesarios en lugar de clasificarlos como artículos de lujo.
El impuesto sobre los tampones, que grava los productos menstruales como artículos no esenciales, supone una carga adicional para las personas que menstrúan y las discrimina al hacer que artículos cruciales para la vida diaria sean inasequibles para algunas.
En todo el mundo 800 millones de personas menstrúan en un momento dado y se calcula que 500 millones viven sin acceso a una higiene menstrual adecuada. Muchas de ellas acaban recurriendo a materiales inseguros para gestionar sus periodos porque sus escuelas o lugares de trabajo aún no ofrecen productos menstruales gratuitos. Los defensores de la menstruación de todo el mundo luchan por la exención fiscal de los productos menstruales para garantizar que todo el mundo pueda gestionar sus periodos con seguridad y dignidad.
Aquí tienes todo lo que necesitas saber sobre cómo el impuesto sobre los tampones limita el acceso a los productos menstruales y perpetúa aún más la pobreza menstrual.
¿Qué es el impuesto sobre los tampones?
El impuesto sobre los tampones (tampon tax en inglés) es un gravamen sobre los productos menstruales, un impuesto sobre el valor añadido o sobre las ventas, mientras que otros productos y servicios esenciales como medicamentos, ropa, papel higiénico, preservativos y alimentos (e incluso menos esenciales, como afiliaciones a clubes de golf y píldoras para la disfunción eréctil) suelen estar exentos de impuestos.
El impuesto sobre los tampones también se conoce como el "impuesto rosa", término utilizado para describir una forma de discriminación por razón de género denominada por la comercialización del color rosa hacia las mujeres.
¿Por qué existe el impuesto sobre los tampones?
En muchos estados y países de Estados Unidos, la exención de impuestos sobre los productos menstruales se traduce en una reducción de la recaudación pública. Por ejemplo, se calcula que la reducción del impuesto sobre pañales y tampones en California elimina unos 55 millones de dólares de ingresos al año. En el estado de Nueva York se calcula que la eliminación del impuesto sobre los tampones supone una reducción de 14 millones de dólares en los ingresos anuales. Cuando los estados eliminan el impuesto sobre los tampones, acaban teniendo que aumentar las imposiciones sobre otros artículos para compensar la pérdida.
¿Cuánto cuesta el impuesto sobre los tampones a las personas que menstrúan?
En todo el mundo el 12.8% de las mujeres y las niñas viven en situación de pobreza y tienen dificultades para acceder a los recursos necesarios para gestionar su menstruación. El impuesto sobre los tampones lo hace aún más difícil para quienes apenas pueden cubrir sus necesidades básicas, y las personas que dependen de un producto suelen estar dispuestas a gastar más en él, lo que puede dar lugar a una discriminación de precios.
La mujer estadounidense media tendrá 450 periodos y pagará entre 100 y 225 dólares en impuestos por tampones a lo largo de su vida. Además, la mayoría de las personas que menstrúan son mujeres, mismas que ya están en desventaja económica porque se ven afectadas por la brecha salarial de género y ganan menos que los hombres en todas las regiones en un promedio del 23%.
¿Dónde está activo el impuesto sobre los tampones?
El impuesto sobre los tampones sigue vigente tanto en los países ricos como en los pobres.
Los productos menstruales están sujetos a un impuesto estatal sobre las ventas en 30 de los 50 estados de EU, a pesar de los esfuerzos por erradicar este impuesto en todo el país.
En la Unión Europea la mayoría de los países no se permite crear impuestos sobre el valor añadido de los productos de la regla y tienen un impuesto mínimo del 5% sobre los tampones. El impuesto sobre los tampones llega al 20% en 10 países miembros, pero se eliminará en todos ellos a lo largo de 2022. Sin embargo, algunos países de la UE han conseguido reducir o eliminar el impuesto sobre los tampones antes.
Irlanda es el único país de la UE que no cobró el impuesto sobre los tampones al ingresar en la UE porque no lo tenía antes. Alemania también reclasificó los productos menstruales como artículos necesarios y redujo el impuesto sobre los tampones del 19% al 7% en 2019. Tras años de campañas y protestas de activistas contra la tasa discriminatoria sobre los productos menstruales, estos están ahora exentos de impuestos en el Reino Unido.
Otros países que han declarado libres de impuestos los productos menstruales son Kenia, Australia, Canadá, India, Jamaica, Nicaragua, Nigeria, Tanzania, Líbano, Malasia, Colombia, Sudáfrica, Namibia y Ruanda.
¿Cómo podemos luchar para eliminar el impuesto sobre los productos menstruales en todo el mundo?
Los defensores de la equidad menstrual advierten que el fin de la pobreza menstrual no se logrará sólo con el suministro de productos de higiene menstrual asequibles, sino que también se requiere educación, instalaciones adecuadas de agua y saneamiento, y abordar las normas de género perjudiciales. Sin embargo, si los legisladores pueden reconocer que los productos menstruales son artículos necesarios, estaremos un paso más cerca de garantizar que no es la falta de recursos para gestionar la menstruación lo que impide a las personas alcanzar su pleno potencial superar la condición de pobreza.
Organizaciones de todo el mundo luchan para que los productos menstruales sean más asequibles. La activista Jennifer Weiss-Wolf, fundadora de la organización Period Equity, lanzó la campaña Tax Free. Period para exigir a los Estados Unidos que eliminen el impuesto sobre los tampones antes del 15 de abril, día de la declaración de la renta de las personas físicas. La campaña creó un mapa interactivo para informar a los usuarios sobre la situación del impuesto sobre los tampones en su estado.
Por su parte, la organización Period Tax creó un mapa y una base de datos mundial del impuesto sobre los tampones para facilitar la búsqueda de campañas de apoyo a la eliminación del impuesto en países de todo el mundo.
Lo ideal sería que todos los productos menstruales fuesen gratuitos para todas las personas que los necesiten, y aunque muchos países están introduciendo leyes para obligar a ofrecer estos productos de forma gratuita en espacios públicos, averiguar cómo acabar con el impuesto sobre los tampones en tu localidad es una forma de mostrar a tus dirigentes que la pobreza menstrual es un tema que te importa.