El gobierno de Trump declaró una emergencia de salud pública en Puerto Rico luego de los poderosos terremotos que sacudieron la isla el 7 de enero, según un comunicado de prensa del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Entre los servicios que el gobierno federal podrá proporcionar está el envío de equipos médicos del Sistema Médico Nacional de Desastres y el Cuerpo Comisionado del Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos que también podrán proporcionar equipos y suministros.
"En todo el HHS, hemos trabajado estrechamente con las autoridades de salud y servicios humanos del territorio en la recuperación de desastres, y continuaremos haciendo todo lo posible para ayudar a garantizar la salud y el bienestar de las personas en toda la isla", dijo en el comunicado Alex Azar, jefe de el HHS.
Wanda Vázquez, gobernadora de Puerto Rico, también declaró un estado de emergencia para la isla.
"Nunca hemos estado expuestos a este tipo de emergencia en 102 años", dijo.
Un terremoto de magnitud 6.4 golpeó a Puerto Rico temprano en la mañana del 7 de enero, seguido de dos terremotos de magnitud 5.6 más tarde ese mismo día. Mientras tanto, durante las últimas semanas, cientos de terremotos más pequeños han afectado a la isla, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos.
Los terremotos del 7 de enero dejaron una víctima fatal y causaron un corte de energía en toda la isla, así como daños en carreteras y puentes, según informó NBC News. Según CNN, solo alrededor del 33% de la isla ha recuperado el suministro eléctrico y las escuelas aún no se han reabierto.
El gobierno federal está trabajando junto a las autoridades de Puerto Rico para restaurar la infraestructura de la isla.
Sin embargo, Puerto Rico aún espera más de $18 mil millones en fondos federales para el alivio por los daños generados por el huracán María en 2017, según informó el Washington Post.
Puerto Rico fue devastado por el huracán María, y casi dos años después, la isla todavía lucha por recuperarse.
Se estima que el huracán María mató a unas 2.795 personas, y entre otras consecuencias muchos de los hospitales de la isla debieron cerrar u operar sin electricidad, además de haber dejado a más de la mitad de la población sin agua potable.
Estos desastres naturales han golpeado a Puerto Rico, y ahora ha quedado en crisis con una deuda masiva.
Sin la financiación adecuada, podría ser difícil para las comunidades obtener acceso a una atención médica de calidad, lo que a su vez aumentaría los efectos negativos duraderos de los desastres naturales, y generaría un ciclo de pobreza en general.