Por qué los Global Citizens deberían preocuparse
Los plásticos en cualquier forma son un problema cuando terminan en nuestro entorno marino, y los productos de higiene femenina no son una excepción. Esperamos que las personas comiencen a hacer cambios en sus vidas cotidianas y tomen medidas con nosotros para proteger el planeta, y así lograr los Objetivos Globales. Puedes unirte a nosotros tomando medidas aquí para ayudar a mejorar la vida en la tierra y la vida bajo el agua.

Aproximadamente la mitad de las mujeres que lean esto, sin dudas su reacción será, "¿cómo alguien todavía piensa que está bien tirar al inodoro los productos sanitarios?"

La otra mitad, y admito que fui una de ellas hasta hace muy poco, no tenía idea de que tirar los tampones al inodoro es una pesadilla ambiental. No sé cómo pude no saber esto durante 27 años de vida, pero aparentemente alrededor del 50% de las mujeres también lo desconocen.

Hasta 2.000 millones de artículos sanitarios se arrojan a los inodoros de Gran Bretaña todos los años. El producto más problemático son los tampones, ya que se vierten alrededor de 2,5 millones diarios.

Unas 700,000 toallitas sanitarias también terminan en el desagüe, según las cifras publicadas en el Journal of the Institution of Environmental Sciences, junto con 1,4 millones de compresas menstruales.



Y esto está teniendo un efecto bastante devastador en nuestro entorno marino.

La Marine Conservation Society (MCS) se ha asociado con la marca Natracare que no utiliza plásticos, para crear conciencia sobre el problema y encontrar posibles soluciones.

De acuerdo con MCS y Natracare, una toallita sanitaria puede tardar hasta 50 años en descomponerse por completo. Además, un paquete de toallas sanitarias contiene la cantidad equivalente de plástico en cuatro bolsas de transporte.

Anualmente se desechan alrededor de 45 mil millones de productos menstruales en todo el mundo. Pero los plásticos utilizados no se biodegradan, y permanecerán en el medio ambiente durante cientos de años, contaminando la tierra y los océanos.

Si bien las toallas higiénicas menstruales contienen más plástico, los tampones también son muy dañinos.

Puede parecer que se descompondrían rápidamente, junto con el papel higiénico, pero no es así. Y lo que es más dañino es que no siempre son filtrados por las plantas de tratamiento de residuos, por lo que terminan en nuestros mares, ríos o playas.

"Vemos tampones que se abren camino a través de las tuberías hasta nuestras plantas de tratamiento, completamente intactos", dijo Lyn Riggins, productora y escritora de WSSC, una de las empresas de agua y alcantarillado más grandes del país, a Allure. "No se rompen como el papel higiénico".

Durante la última década, voluntarios de MCS han recolectado más de 20,000 tampones, aplicadores y compresas sanitarias de playas británicas. A una tasa de seis por cada 100 metros de playa, la organización reconoce que hay alrededor de 2 millones en todo el litoral del Reino Unido.


Ahora, en honor al mes de “Julio sin plástico” MCS y Natracare han lanzado la campaña "Sea-ing Red", que llama a tomar conciencia sobre el daño que generan estos desechos sobre el ecosistema marino.

La campaña le pide a las mujeres que tomen conciencia de que realmente no solo no debemos desechar nuestros productos menstruales, sino que también busca crear conciencia sobre el hecho de que hay muchas opciones más sostenibles para evitar el problema plástico por completo, incluidas las copas menstruales o las toallitas sanitarias de algodón reutilizables.

Explainer

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Por Imogen Calderwood  y  Erica Sánchez