Estas "Mamapreneurs" en Kenia están Proporcionando un Cuidado Infantil Asequible y de Calidad

Autor: Jacky Habib

Brian Otieno for Global Citizen

​​Cuando se trata de opciones de cuidado infantil en Kenia, la mayoría de los padres que trabajan en comunidades de bajos recursos tienen dificultades para encontrar opciones de alta calidad y bajo costo.

Las familias en localidades urbanas suelen ser emigrantes rurales que no pueden apoyarse en familiares para el cuidado infantil. En cambio, los padres con un trabajo temporal o de medio tiempo a veces dejan a sus hijos bajo el cuidado de sus vecinos.

Juliet Mgambi Mwandango and her daughter Lenora in Kangemi, Nairobi, Kenya on July 25, 2022.
Image: Brian Otieno for Global Citizen

Algunos padres, sobre todo los que tienen un trabajo estable, contratan a un empleado doméstico para que cuide de sus hijos en casa.

Otra alternativa es recurrir a un centro de cuidado infantil informal y no regulado, a menudo situado en casas particulares. Estos centros, operados por personas sin formación, suelen estar mal iluminados y ventilados. Carecen de juguetes, comodidades y programas educativos, lo que a veces expone a los niños a diversos riesgos de salud y seguridad.

En esencia, no son a prueba de niños ni están adaptados para ellos, pero con unos 2,700 centros de este tipo en Nairobi, siguen siendo una opción muy demandada debido a su bajo costo. 

"En esas guarderías no suele haber juguetes, así que se alimenta al niño y se le cambia [los pañales], pero nada más", dijo a Global Citizen, Juliet Mgambi Mwandango, madre de tres niños. 

Mwandango pensaba inscribir a su hija menor, Lenora, en uno de esos centros hasta que Grace Dali Abibu llamó a su puerta.

Abibu, empresaria y educadora infantil, dirige la guardería Gracy, en el asentamiento urbano de Kangemi, donde viven ambas mujeres. Aquel día de 2019, Abibu recorría la comunidad, tocando de puerta en puerta para promocionar su negocio. 

Le contó a Mwandango que el equipo de Gracy hacía más que cambiar pañales. Enseñan a los niños mediante actividades basadas en el juego y les proporcionan comidas equilibradas en un entorno seguro. 

Mwandango, convencida, inscribió a Lenora en la guardería Gracy, a la que sigue asistiendo tres veces por semana.

Según Mwandango, hay una "gran diferencia" en Lenora, de 3 años, con sus hermanos mayores a los que cuidaban trabajadores domésticos, ella se ha desarrollado más rápidamente.

"Lenora ahora mismo puede contar hasta 10", dijo con orgullo. "Otras guarderías no hacen eso [enseñar a los niños]".

E insiste en que eso ayudará a Lenora en el futuro. 

"Creo que cuando Lenora vaya a la escuela, estará por delante de otros niños en términos de aprendizaje, porque ya ha sido inducida a pensar a fondo".

Abibu está de acuerdo. Como antigua profesora de preescolar, sabe que el hecho de que un niño tenga una ventaja en sus primeros años de vida vale la pena.

Escalar las guarderías mediante un sistema de franquicias

Aunque Abibu abrió la guardería Gracy en 2009 y la gestionó de forma independiente durante una década, tuvo problemas de liquidez, además de otros de carácter empresarial. 

En 2019, se enteró de la existencia de Kidogo, una empresa social sin ánimo de lucro que trabaja para mejorar el acceso a la atención y educación infantil de calidad a precios accesibles en las comunidades con bajos recursos de África Oriental.

(L) Juliet Mgambi Mwandango and her daughter Lenora in Kangemi, Nairobi, Kenya. (R) A view of houses in Kangemi.
Image: Brian Otiento for Global Citizen

Kidogo utiliza un enfoque de franquicia para identificar, formar y apoyar a las mujeres empresarias, a las que llaman "mamapreneurs". En primer lugar, recluta a mujeres como Abibu, que dirigen guarderías informales de baja calidad en comunidades de excasos recursos. 

Grace Dali Abibu interacts with the children at her daycare in Kangemi, Nairobi on July 25, 2022.
Image: Brian Otieno for Global Citizen

Después, Kidogo ofrece un programa de formación de tres meses en el que se enseña a las mamapreneurs habilidades que les ayuden a dirigir su negocio, las cuales van desde el desarrollo de la infancia temprana hasta cuestiones financieras. A continuación, las mamapreneurs adoptan la marca en sus centros de cuidado infantil al convertirse en franquiciadas de Kidogo.

De acuerdo a Kidogo, las mamapreneurs están duplicando con creces sus ingresos al año al unirse a la red de franquicias de la organización. Y no lo están haciendo aumentando las tarifas (que son de aproximadamente 0.85 dólares al día), sino al mejorando sus prácticas comerciales y de calidad, lo que atrae a más clientes.

Abibu dijo que, aunque se apoyó en su experiencia como maestra para enseñar a los niños a contar y cantar canciones con ellos, estaba más familiarizada con el cuidado de infantes entre 3 y 4 años. 

"No tenía ningún conocimiento sobre cómo cuidar [a los bebés y niños menores]", dijo Abibu. "Kidogo me enseñó cómo cuidar a los pequeños. También sobre nutrición, primeros auxilios, [y] cómo educar a los niños utilizando la fonética", dijo a Global Citizen. 

Cómo el Cuidado Infantil Mejora el Empleo de los Padres 

Las mujeres kenianas de los asentamientos informales que tienen acceso a servicios de guardería subsidiados tenían un 17% más de probabilidades de estar empleadas que las que no lo estaban, según un estudio realizado por el Centro de Investigación sobre Población y Salud de África en 2017. 

Después de un año de inscribir a sus hijos en guarderías subsidiadas, las madres como Mwandango dijeron que tenían más libertad para trabajar al no tener que preocuparse por el cuidado de sus hijos, y también señalaron que sus hijos se encontraban más saludables. 

La fundadora de Kidogo, Sabrina Habib, dijo que proporcionar cuidados de calidad para los niños ayuda a los padres a encontrar trabajo y a mantenerlo y que, finalmente, la mayor recompensa es la "tranquilidad de saber que sus hijos están seguros".


"Como madre primeriza, ahora lo entiendo perfectamente", dijo Habib a Global Citizen. "Si estás preocupada por tu hijo, simplemente no puedes trabajar".

Camino por Delante

Lo que empezó en 2014, con dos centros y 150 niños, se ha convertido en el mayor proveedor de cuidado infantil de Kenia. En la actualidad, la red cuenta con más de 500 mamapreneurs que cuidan a casi 11,000 niños en comunidades de bajos recursos. 

Kidogo está ampliando rápidamente el número de mamapreneurs con quienes trabaja (habiendo multiplicado por 10 el crecimiento sólo en el último año) y recientemente ha entrado en el mercado de cuidado infantil en Ruanda.

Aunque la organización está creciendo, su mayor reto, según Habib, es la percepción de que el cuidado infantil es un asunto exclusivo de las mujeres, y esto, sugiere Habib, es el mayor obstáculo para mejorar el acceso a un cuidado infantil de alta calidad y bajo costo. 

En Kenia, Habib afirma que "no hay reglamentos, licencias, políticas, normas, ni financiamiento" para los centros de cuidado infantil, por lo que ha estado al frente en la incidencia del cambio.

Para Habib, es una cuestión de inclusión económica. 

"Si quieres que la economía y las comunidades sean prósperas y quieres que... la mitad de tu mano de obra... trabaje, tienes que invertir en el cuidado infantil, es una cuestión obvia", dijo Habib. 

Juliet Mgambi Mwandango and her daughter Lenora pose for a portrait in Kangemi, Nairobi, Kenya on July 25, 2022.
Image: Brian Otieno for Global Citizen

Invertir en un cuidado infantil de calidad es una de las mejores maneras en que un país puede trabajar por la igualdad, mejorar el capital humano y poner a las mujeres al frente del crecimiento económico. El nuevo Fondo de Incentivos para el Cuidado Infantil del Banco Mundial, que evaluará las propuestas de nuevos proyectos en los próximos meses, se centra en proporcionar financiamiento flexible a los gobiernos para apoyar las iniciativas de cuidado infantil.

La serie de contenido de Care Allowance de Global Citizen pretende resaltar las iniciativas que podrían ser los pilotos ideales para este tipo de financiamiento, destacando la importancia de un cuidado infantil de calidad y accesible en los países con bajos recursos de todo el mundo.


Nota: Esta serie ha sido posible gracias al financiamiento de la Fundación Bill y Melinda Gates. Cada artículo se ha producido con plena independencia editorial.