El cambio climático es real y puede ser desalentador. Pero, ¿cómo podemos como individuos hacer una diferencia? Un estilo de vida más sostenible es en realidad fácil de lograr. A continuación presentamos tres cambios simples que puedes hacer ahora mismo para vivir una vida más sostenible.

1. Anda en bicicleta.

Ya sea que estés de camino al mercado de los agricultores, al lugar donde se colecta la composta, al huerto comunitario o a dejar ropa para donar, puedes reducir tu huella de carbono al conducir una bicicleta en lugar de ir en coche. Un estudio del Institute for Transportation Policy encontró que si 14% de los kilómetros urbanos recorridos mundialmente se llevaran a cabo en bicicleta, habría una reducción de 11% en emisiones de carbono para 2050.

¿Te interesa reducir tu huella de carbono? El programa de Citi Bike en Nueva York tiene 12,000 bicicletas en toda la ciudad para usar. Desde el lanzamiento del programa en 2013, los ciclistas de Citi Bike han recorrido 206 millones de kilómetros —aproximadamente la distancia promedio entre la Tierra y Marte— y compensado 54 millones de kilogramos de carbono.






2. Come local o cultiva tu propia comida.

Cuando compras comida en un supermercado, podrías estar comprando artículos que quizá hayan viajado miles de kilómetros para llegar hasta tu plato. No solo ese viaje de larga distancia quema combustible fósil, también significa que la comida que estás comiendo no es tan fresca, porque pierde nutrientes en el trayecto.

¿Una alternativa fácil? Alimentos producidos localmente. Toma de ejemplo a Matthew Maitland, fundador de Last Food, una empresa de servicios de alimentos que consume solo de granjas locales que practican la agricultura regenerativa. “Ve a tu mercado local de agricultores, siente el producto, tócalo, hazlo tuyo y come algo delicioso”, afirma Matthew.

¿Otra fuente de alimentos locales? ¡Tu propio jardín! Brianna Plaza, una vendedora digital y escritora de comida, tiene su propia parcela de huerto comunitario, con todo y gallinas, en el corazón de Brooklyn.

“Poder crecer tu propia comida reduce nuestra necesidad de automóviles y combustibles fósiles para obtener nuestros alimentos”, afirma Brianna. Y es divertido ver el proceso desde la semilla hasta la mesa.





3. Recicla y haz composta. 

Cuando termines tu comida, haz lo que la estudiante y bloguera Kate Glavan hace: deposita los restos de comida en el sitio local de recolección de composta, donde pueden ser reciclados en tierra rica en nutrientes. Según la Environmental Protection Agency, 30% de basura estadounidense —aproximadamente 50 millones de toneladas al año— es restos de comida y desechos del jardín que podrían haberse hecho composta.

Kate, quien es vegana, propone vigilar tu consumo de carne como otra manera de practicar la vida sostenible. La producción de carne contribuye al cambio climático al usar más recursos y producir más emisiones de carbono, metano y óxido nitroso que el cultivo de vegetales.

Pero el camino a la sostenibilidad no se limita solo a la comida que consumes. El diseñador industrial Grant Goldner usa substancias naturales en lugar de materiales sintéticos no biodegradables, como micelio (raíces de hongos, básicamente) en lugar de poliestireno extruido, y recicla los desechos en nuevos productos.

“La naturaleza es tan hermosa”, afirma Grant. “Mi meta como desarrollador de productos es asegurarme de que preservemos esa belleza. Cuando practico kayak, cuando surfeo, no quiero estar rodeado de basura”.

Utilizar y reciclar materiales de origen biológico reduce la cantidad de plástico que termina en nuestros océanos, basureros y hasta en nuestros cuerpos. National Geographic afirma que 91% de desechos plásticos no es reciclada, que es una cifra abrumadora. Puedes reducir tu consumo de plástico al remplazar los envases de plástico de un solo uso con bolsas para las compras y botellas de agua reutilizables.




Al final todo se reduce a hacer lo que puedes hacer y difundir el mensaje.

“Solo tienes una vida y un planeta, así que tienes que comprometerte y hacer cosas que van a cambiar el medio ambiente”,  afirma María Francisca Paz, una defensora de derechos humanos. Expresa que ser activista comienza con cuidar tu comunidad y posteriormente al resto del mundo.

“Ayudar a otras personas es una forma de vida. Ayudar nuestro planeta también es una forma de vida”.

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Es un camino fácil hacia un estilo de vida sostenible

Por Sara Morrison