Por Megan Rowling

Traducción: Erica Sánchez 

MADRID, 13 dic (Fundación Thomson Reuters) - Los países de América Central se han unido para conservar los cinco grandes bosques de la región como parte de un plan regional de acción climática publicado en las recientes conversaciones climáticas de las Naciones Unidas en Madrid esta semana, según informó la alianza detrás del esfuerzo.

La coalición de gobiernos, pueblos indígenas, ecologistas y otros anunciaron un plan para proteger 10 millones de hectáreas de bosques y tierras degradadas dentro de esos bosques, un área aproximadamente del tamaño de Guatemala, para 2030.

En los últimos 15 años, tres de los bosques han sido reducidos en casi un cuarto de tamaño, y la cría ilegal de ganado responsable de más del 90% de la deforestación reciente, dijo.

Las medidas planificadas para salvaguardar los bosques incluyen reforzar las agencias que cuidan las áreas protegidas, rastrear la carne para verificar que se haya producido legalmente, tomar medidas enérgicas contra el tráfico transfronterizo de ganado, ayudar a los ganaderos a encontrar otras formas de ganarse la vida y reforestar las tierras donde los árboles hayan sido cortados.

Jeremy Radachowsky, director regional de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre, uno de los socios en el proyecto, dijo que el financiamiento provendría de múltiples fuentes, incluidos países centroamericanos, gobiernos donantes y un fondo dedicado que se creará para los bosques indígenas y comunitarios.

Los cinco bosques, que abarcan desde México hasta Colombia, son claves para frenar el cambio climático, ya que secuestran las emisiones de dióxido de carbono de la quema de combustibles fósiles que de otro modo calentarían el planeta.

"Casi el 50% del carbono en Mesoamérica se almacena en los cinco grandes bosques", dijo Carlos Manuel Rodríguez, ministro de Medio Ambiente de Costa Rica, y agregó que espera que la deforestación no los fragmente.

Los bosques también proporcionan hábitat para la vida silvestre, como el jaguar y la guacamaya roja, dijo la alianza. La iniciativa apunta a garantizar que ninguna especie se extinga.

Los bosques incluyen el Bosque Maya en México, Guatemala y Belice; la Moskitia en Nicaragua y Honduras; el Indio Maíz-Tortuguero en Nicaragua y Costa Rica; la región de Talamanca en Costa Rica y Panamá; y el Darién en Panamá y Colombia.

Proporcionan agua, aire limpio, seguridad alimentaria y otros recursos naturales a 5 millones de personas, dijo la alianza, señalando que las comunidades indígenas y locales manejan casi la mitad del área forestal.

Cándido Mezúa, de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques, dijo que es triste ver arder los bosques de la Amazonía, y el impacto que está teniendo en los pueblos indígenas.

"En Mesoamérica, tenemos nuestros cinco bosques. Todavía existen. Todavía podemos protegerlos e incluso expandirlos", dijo en un comunicado.


Cumbre amazónica

Mientras tanto, los líderes indígenas amazónicos dijeron esta semana que celebrarían una cumbre mundial en Ecuador el próximo agosto con el objetivo de proteger la selva amazónica y otros ecosistemas en "respuesta a la crisis ambiental en la cuenca y en el extranjero".

Líderes que representan a 20 grupos indígenas de Ecuador y Perú también pidieron apoyo global para detener la extracción de petróleo y la minería en la región de las "Cabeceras Sagradas" del Amazonas, un ecosistema rico en biodiversidad que abarca 30 millones de hectáreas en los dos países.

La deforestación en la gran extensión de la selva amazónica de Brasil aumentó a su nivel más alto en más de una década este año, según mostraron datos del gobierno en noviembre.

Los datos confirmaron un fuerte aumento de la deforestación bajo el gobierno del presidente derechista Jair Bolsonaro, que está considerando permitir la agricultura comercial y la minería en las reservas nativas.

Los riesgos para los bosques de Brasil provocaron preocupación mundial en agosto cuando los incendios arrasaron el Amazonas.

Los científicos vinculan los incendios con la deforestación, con personas y empresas que talan el bosque para obtener madera y luego incendian los restos para limpiar la tierra para la ganadería o la agricultura.

Gregorio Mirabal, coordinador general de COICA, la mayor federación indígena en la Amazonía, dijo que se necesitaban nuevas formas de enfrentar las amenazas a la Amazonía, incluidos los "efectos devastadores" del cambio climático.

En la conferencia climática de la ONU, los estados "están tomando decisiones para las empresas y no para las personas", dijo.

"La incapacidad de nuestros gobiernos para resolver esta crisis climática nos está llamando a hacerlo nosotros mismos, de la mano de los jóvenes y cualquier otra persona de buena voluntad que quiera unirse", agregó.

Muchos grupos indígenas se oponen a que los créditos para la protección de los bosques se incluyan en los mercados de comercio de carbono, argumentando que dañaría sus tierras sagradas y sus medios de vida, ya que los gobiernos negociaron sobre nuevas reglas para esos mercados en las conversaciones de Madrid.

"No permitimos la mercantilización de la naturaleza o que tenga un precio. Para nosotros, la naturaleza tiene un valor en sí misma. Es nuestra Madre Tierra", dijo Mirabal.

Según la Iniciativa de Derechos y Recursos con sede en Washington, que trabaja en temas forestales, hasta el 65% de la tierra del mundo está en manos comunales de los pueblos indígenas y las comunidades locales y contiene el 80% de la biodiversidad del mundo.

Pero solo el 10% de los derechos territoriales de esos grupos han sido legalmente reconocidos, dijo.

"Las culturas locales y los pueblos indígenas son los que mejor han preservado la naturaleza, y no creemos que puedan existir soluciones sin nosotros", dijo Mirabal.

Los grupos indígenas, representados oficialmente en la conferencia de la ONU por primera vez, han presionado para que se incluya lenguaje sobre la protección de sus derechos en el texto sobre las reglas del mercado de carbono que se está negociando en Madrid.

Sin embargo, no está incluído en el último borrador ya que las conversaciones se acercan a su fin.

El activista indígena indonesio Ghazali Ohorella dijo que las reglas deben garantizar protección para la tierra y los derechos de los pueblos del bosque, así como un mecanismo de quejas y oportunidades para que participen en las decisiones sobre los planes de compensación de carbono.

"Si no, creará muchos problemas en el futuro", le dijo a los periodistas en las conversaciones.


Más información en http://news.trust.org/climate

News

Defiende el planeta

Comunidades indígenas y ecologistas se unen para proteger los bosques en América Latina