Por qué es importante para los Global Citizens 
Las vacunas son una parte fundamental de los esfuerzos para cumplir con el Objetivo Global 3 de la ONU, que trabaja con el propósito de que todos tengan una buena salud y bienestar. Sin embargo, todos los esfuerzos para proveer una vacuna contra el COVID-19, además de pruebas y tratamientos, deben ser equitativos de manera global. Únete y ayúdanos a luchar contra el COVID-19 y a garantizar que las herramientas requeridas contra el virus estén disponibles para todos, en cualquier parte del mundo. Toma acción aquí y apoya nuestra campaña Global Goal: Unite for Our Future.


Las vacunas son una de las herramientas más importantes para combatir enfermedades infecciosas. Desarrollar una que sea segura, asequible y esté disponible de manera general es crucial para cambiar el curso de la pandemia de COVID-19.


Una vacuna eficaz incrementará la inmunidad ante el virus, ya que es un tipo de medicina que entrena al sistema inmune del cuerpo para que éste pueda luchar contra una enfermedad con la cual no se había enfrentado anteriormente, como explica el Vaccine Knowledge Project de la Universidad de Oxford.


Lo que significa que líderes y expertos en salud están dispuestos a acelerar los avances hacia una solución que podría salvar miles de vidas y permitir que las personas de todas partes del mundo regresen a sus vidas cotidianas.


Pero las vacunas son muy difíciles de crear y deben pasar por medidas de seguridad rigurosas antes estar disponibles de manera general.


Un artículo de 2013 de la Universidad de Rotterdam encontró que, en promedio, toma 10.7 años desarrollar una vacuna. Si bien el récord es de 4 años, para una vacuna contra las paperas en la década de los sesenta, los científicos tienen la esperanza de que una vacuna contra el COVID-19 pueda desarrollarse en tan sólo de 12 a 18 meses.

A continuación, desglosamos cómo sería el proceso de desarrollo normal de una vacuna, y qué están haciendo científicos y fabricantes para trabajar con rapidez y seguridad en una vacuna contra el COVID-19. Para hacernos una idea, hablamos con Anna Mouser, la directora de políticas del equipo de vacunas de la organización medica no lucrativa, the Wellcome Trust.


¿Cómo se fabrican las vacunas y en cuánto tiempo?

Normalmente se necesitan años de pruebas clínicas para producir una vacuna eficaz y segura, durante los cuales los investigadores prueban múltiples vacunas candidatas, ya que las probabilidades de fracaso son generalmente altas.

Por ejemplo, la Food and Drug Administration de Estados Unidos apenas aprobó una vacuna para el Ébola el año pasado, 43 años después del descubrimiento de la enfermedad.


La ciencia de las vacunas es “diabólicamente compleja” afirma Mouser. “Ya que las vacunas son administradas a personas sanas para prevenir una enfermedad, el rigor al que son sometidas la seguridad y la prueba es mayor al de los tratamientos suministrados a personas enfermas”, dice Mouser.


“Tienen que ser muy seguras”, afirma, “y lo son". Existen varios pasos para obtener una vacuna.

“En primer lugar están las restricciones científicas”, continúa. “Luego tienes muchas restricciones regulatorias. Necesitas obtener aprobación para cada prueba clínica, incluyendo aprobaciones éticas y después aprobaciones para cada parte del proceso de fabricación”.    


“Luego necesitas luz verde de los diferentes países que la van a distribuir”, afirma.

Después de todo eso, explica Mouser, existe algo conocido como “cadena fría de suministro” que se refiere al proceso de sacar las vacunas y mantenerlas a la temperatura fría que la medicina requiere para mantener su eficacia.

En lugares remotos en particular, dicho proceso puede involucrar cosas como la transportación de vacunas en refrigeradores impulsados por energía solar a zonas rurales. 

A continuación detallamos el proceso típico que se sigue para desarrollar una vacuna. Si deseas saber aún más acerca de las diferentes etapas del desarrollo de una vacuna, los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), el Wellcome Trust y la European Vaccine Initiative, ofrecen información más detallada en sus plataformas.

La fase científica 

En primer lugar, lleva de dos a cinco años realizar la investigación inicial y explorar las posibilidades para una vacuna contra una enfermedad en particular. En esta etapa se observa lo que puede provocar una respuesta inmune a nivel molecular.

Posteriormente, una vez que se hayan identificado las opciones potenciales, comienza una etapa pre-clínica, lo que significa que la vacuna se está desarrollando para posible uso clínico pero que aún no está lista. Esto puede llevar alrededor de dos años e involucra pruebas en animales y en tubos de ensayo en laboratorios para comprobar su eficacia y seguridad.   

La fase de pruebas 

Después comienza una prueba clínica a pequeña escala. Sólo de 10 a 50 personas recibirán la vacuna potencial para probar su respuesta en humanos y su seguridad. 

Si la vacuna pasa esta etapa, entonces, se emplean de dos a tres años más para entender la respuesta inmune, la eficacia contra la enfermedad y los efectos secundarios. Durante estos años cientos de personas participan en las pruebas.

Finalmente, se realiza una evaluación para saber si la vacuna potencial protege contra la enfermedad en “la vida real”, a través del estudio de los efectos de la enfermedad cuando ocurre en condiciones naturales. Dicho proceso puede tomar entre cinco y diez años, e involucra la participación de miles de individuos. 

Producción

Si pasa todas las etapas anteriores, el producto debe ser aprobado por supervisores y producido. La fabricación se realiza en instalaciones especiales y el costo general para producirla puede ser de entre $200 y $500 millones de dólares.

“Las fábricas de vacunas no son como cualquier fábrica”, explica Mouser. “Instalarlas puede llevar de tres a cinco años. No se trata de una fabrica de automóviles o un almacén de Amazon y se necesitan diferentes fábricas para diferentes vacunas”. 

“La seguridad es fundamental, y alrededor de la mitad del personal en una fábrica de vacunas simplemente está ahí para garantizar la calidad”, añade.

¿Cuál es el caso de una vacuna para el COVID-19?

El proceso para desarrollar una vacuna para el COVID-19 debe darse mucho más rápido. Así que varias de las fases antes mencionadas se están llevando a cabo al mismo tiempo y esto ha requerido una enorme inversión inicial. Normalmente, los científicos licitan para conseguir una nueva financiación durante cada etapa, mostrando los resultados de la primera fase.


Actualmente, se necesita financiamiento para apoyar diferentes opciones a la vez con el fin de acelerar el proceso de identificación de sólidas candidatas potenciales. 


El Jenner Institute de la Universidad de Oxford está a la cabeza en la investigación para una vacuna contra el coronavirus. Afirma: “Al mismo tiempo de preparar y llevar a cabo la primera prueba clínica, se está incrementando la producción de la vacuna para que esté lista para realizar pruebas más amplias y, desarrollarla en un futuro”.

Esto significa que en lugar de esperar a que se obtenga una vacuna eficaz antes de que se construyan las instalaciones de fabricación, ya se están preparando las instalaciones ahora, en estado de espera para implementar rápidamente un vacuna segura y exitosa.


Las pruebas clínicas también han empezado a una velocidad sin precedentes. Con voluntarios  saludables que participan en las pruebas clínicas para ayudar al proceso científico. 


En el mundo existen 10 vacunas contra el COVID-19 en la fase de prueba clínica, según reportó la revista médica Lancet el 6 de junio.


“Lo que ha sucedido hasta ahora no es nada menos que asombroso”, afirmó Penny Heaton, vacunóloga y directora ejecutiva del Bill & Melinda Gates Medical Research Institute, a Lancet.

Sin embargo, existen muchas complejidades que deben ser consideradas, afirman los científicos. Dada la dificultad, es prudente no confiar demasiado en la idea de que una vacuna apropiada estará disponible pronto, como advirtió en abril David Nabarro, profesor de salud global del Imperial College de Londres.  


“Por eso esta campaña — Global Goal: Unite for Our Future — es tan importante”, dijo Mouser, al hacer hincapié en la campaña lanzada por Global Citizen, bajo el patrocinio de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Ningún país cuenta con los recursos suficientes para financiar dicho volumen de investigación y trabajo por sí solo, es importante que los líderes mundiales hagan a un lado los intereses nacionales, trabajen juntos y compartan los riesgos”. 

“Necesitamos garantizar que aquellos que necesiten la vacuna primero, la obtengan también primero”, añadió. “No sólo porque sea la acción correcta, sino porque tampoco sería eficaz en una pandemia global si la vacuna sólo llega a aquellos que puedan pagarla. En palabras simples, tenemos que colaborar”. 


Únete a la campaña Global Goal: Unite for Our Futuretoma acción aquí para ayudar a que todas las personas, en todas partes, tengan acceso a las herramientas vitales para ponerle fin al COVID-19, y a mitigar su impacto en las personas más vulnerables del mundo.

Para más información sobre los esfuerzos para combatir el COVID-19 y cómo éste impacta a las personas en todo el mundo, lee nuestra cobertura de la pandemia aquí.

Traducción: Adam Critchley

Editorial

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