Por qué los Global Citizens deberían preocuparse
Más de 5 millones de mujeres, niños y adolescentes mueren cada año a causa de condiciones prevenibles en más de 50 países. El Global Financing Facility (GFF) fue lanzado en 2015 para ayudar a ponerle fin a estas muertes. El 6 de noviembre Noruega estará trabajando para ayudar a alcanzar una nueva cifra con el objetivo de alcanzar $2 mil millones para continuar con el apoyo en el período 2018-2023. Como Global Citizens, todos jugamos un papel crucial en asegurarnos de que esta meta se cumpla. Puedes tomar acción sobre este tema aquí.



Un promedio de 250 bebés nacen cada minuto alrededor del mundo. Y, sin embargo, para miles de mujeres el embarazo aún continúa presentandose como una amenaza de muerte.

Para aquellas mujeres que viven en los países más vulnerables, el embarazo es un riesgo inmediato. Por esto, el Global Financing Facility fue lanzado en 2015 con una misión: la de mejorar la salud reproductiva, maternal, así como también la salud y nutrición de los recién nacidos, y la de los niños y adolescentes.

El GFF trabaja con aquellos ministerios y en países en la salud y finanzas para eliminar los cuellos de botela en los sistemas de salud y encontrar formas eficientes y sostenibles, que a su vez ofrezca soluciones y mejores la salud de mujeres, niños y adolescentes.

De acuerdo a los reportes de los últimos años,las cifras del último reporte muestran que la salud de mujeres, niños y adolescentes ha mejorado en aquellos países en los que las iniciativas de GFF ayudó y marcó una diferencia.


Global Citizen analizó cómo es dar a luz en tres de estos países apoyado por GFF: Camerún, la República Democrática del Congo y Tanzania. También analizó cómo GFF se encuentra trabajando junto a estos gobiernos para mejorar las condiciones, y cómo un apoyo constante es esencial para asegurar un seguro de salud de calidad para mujeres y niños en estos países.

Camerún

Image: Dominic Chavez/GFF


Mientras que el sistema de salud de Camerún per capita es generalmente más alto que el de otros países del Africa Sub-Sahariana, las cifras de mortalidad maternal y la de los recién nacidos se mantienen intactas. Las cifras de mortalidad han decrecido durante los años, pero no de un modo alentador.

Entre 1990 y 2017 las cifras de mortalidad infantil cayeron de 84 a 53 muertes por cada 1,000 nacimientos y las muertes de niños de menos de 5 años decrecieron de 135 a 80 muertes por cada 1,000 nacimientos.   

Las cifras de mortalidad materna también decrecieron de 720 a 590 muertes por cada 100,000 nacimientos de acuerdo a datos del 2015.

Los ciudadanos aún están pagando su sistema médico de salud de su bolsillo lo que podría llevarlos a la pobreza. Muchas niñas viviendo en la pobreza son, además, forzadas a ejercer la prostitución, lo que puede resultar en embarazos adolescentes.

Muchas jóvenes que resultan embarazadas a menudo son forzadas a abandonar la escuela, por lo que esto se ha convertido en una de las principales prioridades de inversión para GFF: el financiamiento de la educación de las niñas y asegurar que las adolescentes tengan acceso al sistema de salud, mentoreo y educación.

La educación, además, es importante para ayudar a prevenir el matrimonio infantil. Cuanto más tiempo permanece una niña en la escuela, menos probabilidades tendrá de ser obligada a casarse y embarazarse a una edad temprana. La Global Parnertship for Education condujo una investigación para analizar la situación de las niñas en 42 países y encontró que el matrimonio temprano y la violencia escolar son, sin dudas, las principales barreras que les impide educarse.

Un enfoque importante ha sido el de incrementar los servicios de planificación familiar.

Desde que GFF ha comenzado a trabajar junto al Gobierno de Camerún ha sido capaz de proveer financiamiento por $27 millones. Además ha ayudado con muchas intervenciones como las de la enseñanza para las jóvenes adolescentes, y el apoyo en el área lactancia, ayudando con la cobertura de al menos el 25% de la pobación. Un progreso temprano también ha demostrado un incremento en el acceso a los servicios de planificación familiar en Camerún, e incluso el mejoramiento en los sistemas de contracepción para las mujeres adolescentes.

República Democrática del Congo

Image: Dominic Chavez/GFF

La República Democrática del Congo ha tenido una de las tasas más altas de mortalidad maternal e infantil en el mundo durante décadas. En el 2014, 846 madres murieron por cada 100,000 nacimientos.

Y este problema está habitualmente relacionado con la falta de infraestructura en transporte o mal estado de las rutas. En una historia que Sussane Mortazavi escribió para Médicos Sin Fronteras, relata la triste historia de una joven mujer congoleña.

“La mujer había dado a luz a su bebé en uno de los centros médicos que sostiene el Ministerio de Salud, pero inmediatamente después de parir no pudo expulsar la placenta y comenzó a sangrar fuertemente. La familia fue informada que debían concurrir lo más rápido posible al hospital en Shamwana”, escribió Mortazavi. “Contrataron un taxi motocicleta. Pero la moto se rompió y durante la hora que le tomó al taxista la reparación, las condiciones físicas de la mujer se deterioraron”.  

La nueva madre murió unas horas más tarde. Y casos como este ponen de manifiesto la importancia que la ubicación geográfica de las personas tiene a la hora de acceder a buenos servicios de salud.

“Muchos recursos se invierten en entrenamiento tradicional para que las parteras puedan reconocer los síntomas tempranos y prevenir infecciones. Pero desafortunadament la falta de infraestructura en Katanga, el mal estado de las rutas y la falta de medios de transporte significan que mucha gente no pueda acceder al sistema médico a tiempo”, explicó Mortazavi.

Además del apoto de GFF, la Organización Mundial de la Salud y UNICEF realizaron una investigación sobre los cuellos de botella en el sistema de salud.

Una de las prioridades de DRC es la de mejorar la distribución geográfica y el entrenamiento que reciben los trabajadores de la salud. La Secretaría de GFF está ayudando a implementar el mapa de recursos de ejercicios y el gobierno ya ha priorizado a 14 provincias (de un total de 26) con los indicadores más bajos en salud y socio-económicos.

En tan solo 9 meses, la calidad de los servicios de salud ha mejorado notablemente de un 25% a un 49% y los sistemas se han vuelto más eficientes, han reducido los costos y manejo administrativos, por ejemplo, y se ha reducido el número de drogas utilizada durante la cadena de suminstros en los mismos establecimientos.  

Tanzania

Image: John Rae/GFF

Entre el 2010 y el 2015, Tanzania ha visto mejoras en las expectativas de vida, la tasa de mortalidad infantil y las de mortalidad de niños menores de 5 años. Pero las mujeres aún estaban sufriendo. Las cifras de mortalidad materna se han incrementado de 454 muertes a 556 muertes por cada 100,000 nacimientos.  

Y si bien se han visto mejoras desde el 2014, incliyendo más nacimientos en las mismas instituciones, más mujeres embarazadas recibieron al menos cuatro visitas pre-natales, cobertyras y prevención del tratamiento para la malaria y más instituciones recibieron al menos 2 de 5 estrellas por su calidad de asesoramiento.  

Sin embargo los sistemas sanitarios aún son pobres en muchas partes del país, lo que significa que es difícil proveer condiciones higiénicas para aquellas mujeres que se encuentran a punto de dar a luz.

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El gobierno de Tanzania ha desarrollado un plan que involucra inversiones en equipamiento y drogas, así como también en entrenamiento clínico, un sistema básico de emergencias obstétricas y cuidados neonatales, planificación familiar, y educación sexual integral para los adolescentes.

Está claro que podría tomar décadas revertir las difíciles condiciones que dañan a mujeres y niños, porque esto habitualmente implica resolver el problema de raíz, un problema relacionado con la falta de infraestructura y sanidad. Pero desde que se lanzó el GFF y analizando los logros y progresos, hay una esperanza, una promesa de que las cosas van a mejorar.

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Por Erica Sánchez  y  Diana Duong