La sensación de vivir entre dos mundos es algo que Anuscheh Amir-Khalili conoce muy bien. Cuando recuerda su infancia, piensa en los jardines de sus abuelas con sus ramas cargadas de pistachos, naranjas y manzanas. Una abuela vivía en Alemania, a la que Anuscheh y sus hermanos visitaban a menudo. La otra en Irán.

De niña, Anuscheh creció a orillas del Golfo Pérsico, donde sus padres se habían hecho la vida. Nacida en 1977, su primera infancia estuvo llena de reuniones familiares y celebraciones.

Sin embargo, a finales de los años 70 y principios de los 80 llegó la Revolución iraní, una serie de protestas y huelgas a escala nacional que acabaron provocando una nueva forma de autoritarismo en Irán, seguida de la invasión de Irán por parte de Irak en 1980. Los padres de Anuscheh siempre habían sido políticamente activos, ya que incluso antes de la Revolución existía una importante desigualdad económica en el país.

En medio de la violencia y la persecución política, la familia de Anuscheh decidió irse a Alemania, país de origen de su madre. Cuando Anuscheh tenía solo ocho años su familia huyó con dos maletas y durante varios años ella, su madre y sus hermanos compartieron una habitación.

En 2010, las experiencias personales de Anuscheh la llevaron a viajar a la isla griega de Lesbos durante varios meses para ayudar en un refugio para menores de edad. Como la necesidad era tan grande, puso en marcha varios proyectos entre Lesbos y Berlín, con el objetivo de dar a los refugiados menores no acompañados una oportunidad de un futuro mejor una vez que llegaran a Alemania. Junto con otras personas comprometidas, asumió la tutela y vio muchos paralelismos con su propia vida.

"Me hice cargo de la tutela durante cuatro años de un niño de Afganistán que había llegado a Alemania como medio huérfano hasta que su madre también fue asesinada por los talibanes", cuenta Anuscheh a Global Citizen. "A pesar de no haber perdido a mis padres, pude empatizar muy bien con su situación".

Esto sentó las bases de Flamingo e.V. , una red para mujeres y niños refugiados que fue cofundada por Anuscheh en 2015. Desde entonces la red trabaja para crear una infraestructura de activistas comprometidos que apoyen a las mujeres y los niños refugiados.

A través de Flamingo e.V. , las mujeres que han sufrido la guerra y la violencia pueden encontrar un espacio protegido, contar sus historias y compartir experiencias, y a la vez recibir apoyo. Especialmente para las que huyen solas o con sus hijos, el viaje en solitario es increíblemente peligroso. Un escandaloso 99% de las mujeres apoyadas por Flamingo e.V. han sufrido violencia sexual durante su huida, enfrentándose también a ser chantajeadas por los traficantes.

A veces, según Anuscheh, los refugiados pueden salir de una gasolinera y pensar que están en Suecia o Inglaterra, por ejemplo, donde los habrían esperado sus familiares. Sin embargo, han llegado a un país completamente diferente, donde tienen que solicitar asilo.

The Flamingo e.V. network’s programs to support women’s empowerment include self-defense courses, medical information, courses in female anatomy, and more.
Image: Konrad Weinz for Global Citizen

A continuación, se les lleva a grandes refugios comunales, en un lugar donde no conocen ni la lengua ni la cultura, y se les abandona a su suerte. En la mayoría de los casos, esta situación dura varios años. Los niños suelen crecer en los albergues y muchas mujeres, traumatizadas por la huida y las crisis en su país de origen, no tienen acceso a ningún tipo de terapia o atención psicológica, lo que a su vez repercute en la salud de los niños.

Flamingo e.V. ofrece a las mujeres un lugar para dialogar y compartir, y desarrolla constantemente nuevos proyectos que trascienden las fronteras de la religión y el país de origen. Así es también como nació Band of Sisters, que forma parte de Flamingo e.V. y es una empresa social de nueva creación fundada por Anuscheh cuyo objetivo es empoderar a las mujeres refugiadas.

El corazón del proyecto es la aldea de mujeres del norte de Siria, Jinwar, construida por las propias mujeres locales. En el centro hay un huerto, en el que pueden cultivar alimentos para mantenerse, y a su alrededor hay servicios y programas de apoyo a la capacitación de las mujeres: oportunidades educativas, información médica, asesoramiento, cursos de autodefensa, cursos de anatomía femenina, herboristería; hay un centro de salud y mucho más. Inspirado en esta idea, se creó otro jardín de hierbas medicinales en Neukölln, uno de los 12 distritos de Berlín.

"En el jardín de hierbas medicinales, el tiempo se detiene. No se juzga a nadie, se rompen los prejuicios y el objetivo es curarse de lo que ha pasado", explica Anuscheh. "Las mujeres tienen un lugar al que acudir y esto es un primer paso, porque a menudo se quedan en los refugios porque no saben dónde son bienvenidas. Vuelven y se enteran de los muchos servicios disponibles".

Todo esto se construyó gracias a la comunidad, y ese es el mayor tesoro de Anuscheh.

Curar y tomar acción

Otra dificultad para las mujeres refugiadas es liberarse de las dependencias financieras y poder llevar una vida autodeterminada. Con demasiada frecuencia las mujeres, y en particular las refugiadas o marginadas por otros motivos, tienen una carga desproporcionada de trabajo de cuidados no remunerado y explotación financiera. En el jardín, sin embargo, pueden limitarse a estar e interactuar con los demás.

"Si quieren, pueden ayudar en el jardín, hacer ellas mismos jabones, infusiones medicinales y bálsamos; compartir los conocimientos que les ha aportado el trabajo con la naturaleza y la jardinería. Además, aquí se habla del negocio de Band of Sisters para generar ingresos en el futuro", explica Anuscheh.

In the medicinal herb garden, prejudices are broken down and the women are able to focus on healing.
Image: Konrad Weinz for Global Citizen

Además de la herboristería medicinal, se imparten talleres de empoderamiento y, paralelamente, funciona con éxito un equipo de asesoramiento sobre los derechos de las mujeres con mediación lingüística y cuidado de niños. De este modo, se apoya a las mujeres en su empoderamiento. Porque esa es la misión de Flamingo: en lugar de percibir a las mujeres con las que trabajan como víctimas, la asociación las apoya para que encuentren la curación y crezcan hacia un papel más activo y autodeterminado.

Anuscheh conoce el impacto que las guerras pueden tener en la salud de una persona. Sus dos abuelas han sido testigos de guerras y han encontrado la curación a través de la interacción con la naturaleza. Inspirada por esto, quiere compartir sus experiencias y conocimientos con los demás.

Dice: "La inspiración de esas dos mujeres [mis abuelas], es lo que me hizo decir que quiero usar esa fuerza y transmitirla a los demás".

En reconocimiento a sus años de trabajo con Flamingo e.V. apoyando y empoderando a las mujeres refugiadas, Anuscheh ha sido nombrada ganadora en Alemania del Global Citizen Prize: Citizen Award de este año.

Financial empowerment is also a key part of Flamingo’s work, with refugee women being disproportionately burdened with unpaid care work and financial dependencies.
Image: Konrad Weinz for Global Citizen

Con el premio, que incluye una donación a Flamingo e.V., Anuscheh espera que proyectos de mujeres como Band of Sisters sean aún más conocidos y visibles.

"El cambio ya se está produciendo a pequeña escala, en la forma en que las personas se tratan entre sí", dice. "Cuanto más se conciencie la gente de las oportunidades que tiene para cambiar el mundo, aunque sea a pequeña escala, más grande acabará siendo para todos".

El 22 de mayo, los ocho ganadores del Global Citizen Prize (incluyendo a Anuscheh y a sus compañeros del Citizen Award de todo el mundo, así como a la ganadora del Global Citizen Prize de este año: Nidhi Pant, ganadora del Cisco Youth Leadership Award de este año) serán homenajeados en una ceremonia de entrega de premios y una cena de gala íntima que tendrá lugar en el Gotham Hall de Nueva York.

El evento reconocerá el extraordinario trabajo de los ganadores, con una transmisión exclusiva del evento del Global Citizen Prize en YouTube y Twitter el 2 de junio, a las 12 p.m. ET.

Puedes unirte a Anuscheh para ayudar a empoderar a mujeres y niñas y exigir equidad tomando acción aquí.

Global Citizen Asks

Exige igualdad

Anuscheh Amir-Khalili, ganadora del Global Citizen Award por Alemania ayuda a las mujeres refugiadas a curarse y crecer

Por Nora Holz