La actividad humana y la quema de combustibles fósiles para obtener energía están provocando el calentamiento del clima mundial a un ritmo sin precedentes. 

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas este clima cambiante está provocando crisis meteorológicas extremas como incendios intensos, inundaciones y supertormentas. Los países más ricos del mundo son responsables del cambio climático de forma desproporcionada ya que los países miembros del G7 son responsables del 25% de las emisiones mundiales de carbono relacionadas con la energía, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE)

Aunque los fenómenos meteorológicos extremos afectan a miles de millones de personas en todo el mundo, quienes viven en la pobreza y en comunidades vulnerables se enfrentan a las consecuencias más duras a pesar de ser los que menos han contribuido históricamente a las emisiones de gases de efecto invernadero. 


Esto se debe a que a menudo carecen de los recursos necesarios para superar los efectos del clima extremo en sus suministros de alimentos, fuentes de agua, hogares y medios de vida. Como consecuencia aumentarán las migraciones masivas, los conflictos y los índices de pobreza en todo el mundo. De hecho, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el aumento de las condiciones meteorológicas extremas está obligando a más de 20 millones de personas a desplazarse internamente cada año. El Banco Mundial prevé que como consecuencia del cambio climático 132 millones de personas podrían caer en la pobreza extrema en 2030. 

¿Cuál es la solución? 

Podemos evitar las peores consecuencias del cambio climático si impedimos que la temperatura global aumente más de 1.5 °C (en comparación con los niveles preindustriales). El mundo ya es aproximadamente 1.0 °C más cálido y con las tendencias actuales se prevé un aumento de las temperaturas de 1.5 °C en la próxima década. 

Para evitar más de 1.5 °C de calentamiento será necesario adoptar medidas audaces, transformadoras e inmediatas para la transición a fuentes de energía limpias y renovables, como la eólica y la solar. 

Todos los países, especialmente los más ricos y mayores emisores, deben reducir su "cuota justa" de emisiones para mantenerse dentro de los modelos climáticos y evitar más de 1.5°C de calentamiento establecidos por el IPCC


Los países ricos que históricamente han causado y ahora empeoran desproporcionadamente el cambio climático para hacer crecer sus economías deben ofrecer financiamiento para apoyar a los países de menores ingresos y vulnerables en la creación y fomento de economías fuertes y sostenibles. 

También deben apoyar financieramente los esfuerzos de las comunidades vulnerables para adaptarse a los fenómenos meteorológicos extremos y garantizar que nadie quede en el rezago. Las naciones ricas deben aportar recursos financieros a las comunidades pobres y vulnerables que ya han perdido vidas y miles de millones de dólares debido al cambio climático. 

¿Qué puede hacer el G7?

Al tratarse de las economías más ricas los miembros del G7 tienen la responsabilidad de cumplir por fin la promesa que hicieron en 2009 de aportar 100.000 millones de dólares anuales hasta 2025 en concepto de financiamiento climático para los países en desarrollo. 

Esto significa que deben cubrir la brecha de entre 10,000 y 15,000 millones de dólares para alcanzar este objetivo mediante contribuciones justas y deben garantizar que estos recursos sean nuevos y adicionales a los presupuestos de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) existentes. Este financiamiento también debe dividirse entre la mitigación y la adaptación, y proporcionarse a través de subvenciones en lugar de préstamos siempre que sea posible para evitar contribuir a la carga de la deuda en los países de bajos ingresos y vulnerables.

El G7 también debe liderar la provisión de recursos para las pérdidas y los daños ya sufridos por las comunidades más pobres y vulnerables de todo el mundo. 

Para ello el G7 debe trabajar con las comunidades en situación de extrema pobreza y en primera línea del cambio climático en todo el mundo para evaluar los costes de las "pérdidas y daños" que ya han sufrido y que siguen sufriendo, así como garantizar un mecanismo transparente y equitativo para desembolsar este financiamiento. Los recursos destinados a pérdidas y daños deben ser nuevos y adicionales a los 100.000 millones de dólares anuales comprometidos para el financiamiento climático.

Los gobiernos del G7, que son los mayores contaminantes del mundo, deben acordar medidas urgentes para mantener el calentamiento global por debajo de 1.5 °C respecto a las temperaturas preindustriales. Para ello deben dejar de extraer y quemar combustibles fósiles y, en su lugar, apostar por fuentes de energía renovables. 

Esto significa, por ejemplo, que los países del G7 deben eliminar gradualmente el uso de energía alimentada por carbón para 2030, dado que la electricidad alimentada por carbón fue responsable del 30% de las emisiones mundiales de carbono en 2018. Además, los países del G7 deben cumplir su promesa de poner fin a las subvenciones a los combustibles fósiles para 2025, con informes transparentes y públicos para alcanzar este objetivo.


Puedes sumarte a los Global Citizens de todo el mundo para exigir al G7 que tome medidas amplias y urgentes necesarias para limitar el calentamiento global y apoyar a todos los países y comunidades a adaptarse y mitigar los impactos del cambio climático. Únete al movimiento a través de nuestra página de la campaña Climate Action NOW y empieza a tomar acción. 

También puedes tomar acción a través de la aplicación de Global Citizen, donde puedes participar en nuestro Desafío 101 de la Cumbre del G7 para saber más sobre el G7 y lo que pueden hacer para afrontar los mayores retos del mundo, y exigirles que tomen acción para acabar con la pobreza extrema y sus causas sistémicas AHORA.

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