Debido al COVID-19, los avances en la lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria se han invertido. En 2020, las pruebas del VIH se redujeron en un 22% y los servicios de prevención en un 11%. Las muertes por tuberculosis han aumentado por primera vez en más de una década, impulsadas por un aumento del número de casos no diagnosticados y no tratados. En general, el número de personas que reciben tratamiento para la tuberculosis se redujo en más de un millón. Las muertes y los casos de malaria aumentaron significativamente, con nuevas estimaciones que sugieren que un niño muere casi cada minuto como resultado de este parásito transmitido por un mosquito. 

El cambio climático, incluidos los cambios en las precipitaciones, la temperatura y la humedad, ya está desplazando la transmisión de la malaria a nuevas zonas. También alterará la tuberculosis y el VIH a través de, por ejemplo, el desplazamiento forzado o la migración de poblaciones vulnerables y el aumento de la inseguridad económica.

¿Cuál es la solución? 

Desde su creación en 2002, el Fondo Mundial ha invertido más de 53.000 millones de dólares, salvando 44 millones de vidas y reduciendo la tasa de mortalidad combinada de las tres enfermedades - VIH, tuberculosis y malaria - a más de la mitad en los países donde invierte. Cada vida salvada y cada infección evitada tiene un efecto multiplicador social y económico. 

Además de las intervenciones específicas para cada enfermedad, el Fondo Mundial invierte en los componentes críticos de los sistemas de salud, como las redes de laboratorios, los trabajadores sanitarios formados y las cadenas de suministro. Estas inversiones han ayudado a los países a crear capacidades no sólo para luchar contra el VIH, la tuberculosis y la malaria, sino también para combatir el COVID-19 y detectar y responder a futuras pandemias.

El Fondo Mundial pretende movilizar 18.000 millones de dólares (un aumento del 30% respecto a 2019) para el periodo 2024-2026 con el fin de salvar 20 millones de vidas, reducir la tasa de mortalidad de las tres enfermedades en un 64% (respecto a los niveles de 2020) y evitar más de 450 millones de infecciones. 

También pretende catalizar hasta 59.000 millones de dólares en cofinanciación de los países en los que invierte para acabar con las tres enfermedades y reforzar los sistemas de salud. 

Además, el Fondo Mundial invertirá aproximadamente 6.000 millones de dólares para:

  • Reforzar los sistemas de salud y la preparación para la pandemia, incluido el apoyo al personal sanitario;
  • Reforzar los laboratorios, las herramientas de diagnóstico, la gestión de la cadena de suministro, la información y los sistemas financieros;
  • Hacer frente a la resistencia a los antimicrobianos, incluida la tuberculosis resistente a los medicamentos.

¿Qué puede hacer el G7?

  • Comprometerse a aportar al menos un 30% más al Fondo Mundial (en comparación con las promesas de 2019) para alcanzar su objetivo de reposición de 18.000 millones de dólares para 2024-2026. 
  • Anunciar los compromisos en la Cumbre de Líderes o poco después para ayudar a crear un impulso y empujar a otros a seguir el ejemplo antes de la reposición.
  • Ayudar a crear un impulso después de los compromisos apoyando la divulgación a otros países y donantes privados para animarles a hacer compromisos ambiciosos.

La historia nos ha demostrado el poder de los individuos que se manifiestan para lograr el cambio. Cada voz cuenta, cada mensaje, cada nombre y cada acción. Cuantos más seamos, más fuerte será nuestro llamamiento. Únete a una comunidad de millones de ciudadanos del mundo y utiliza tu poder hoy mismo. Dirígete a nuestra página de la Cumbre del G7 y comprueba cuántas acciones puedes tomar.

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Por qué el G7 debe financiar plenamente la lucha contra el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria AHORA