Líderes jóvenes se reunieron en Johannesburgo este pasado agosto para la Cumbre de Jóvenes 20 (Y20), el grupo oficial de jóvenes del G20, marcando la primera vez que el Y20 se lleva a cabo en suelo africano. Esto fue mucho más que un simple símbolo. Se envió un mensaje claro y poderoso: la juventud africana debe estar al centro del liderazgo global.
Cada año en el Y20, los delegados menores de 30 años debaten sobre cinco problemas urgentes principales: igualdad de género, acción climática y energética, economías inclusivas, transformación digital y el futuro del trabajo y la educación. Estos son temas críticos para una generación que ya enfrenta altos niveles de desempleo, una crisis climática que empeora y desigualdades cada vez más profundas.
“El Y20 en Sudáfrica fue histórico porque mostró al mundo que la juventud africana está lista para liderar”, dijo Malachi Uys, miembro del Grupo de Trabajo del Y20. “Lo que más me llamó la atención fue que los jóvenes ya no estamos pidiendo que nos incluyan, lo estamos exigiendo. Si los líderes de verdad quieren lograr los objetivos que se han propuesto, tienen que darnos un espacio en la mesa y permitirnos ayudar a definir las decisiones que se toman.”
La juventud impulsa un consejo de Sherpas Y20
Uno de los debates más intensos en el Y20 de Johannesburgo giró en torno a cómo lograr que la participación juvenil sea más que un evento anual. Los delegados pidieron crear un Consejo de Sherpas del Y20: un órgano permanente de jóvenes representantes y responsables de políticas de los países del G20. La idea era simple pero súper dinámica: en vez de dejar que las recomendaciones juveniles se desvanezcan tras cada cumbre, este consejo aseguraría continuidad, seguimiento y rendición de cuentas año tras año.
Aunque no todos los países apoyaron la propuesta, algunos miembros del G7 se opusieron, varias delegaciones, como Sudáfrica, Italia, Japón y Indonesia, la defendieron como la mejor manera de convertir palabras valientes en acciones reales. Cuando no se pudo lograr consenso, los delegados rompieron la tradición y no publicaron un comunicado estándar. En cambio, entregaron un “Texto del Presidente”, un documento que resume los puntos de acuerdo y destaca el llamado a fortalecer estructuras como el Consejo de Sherpas.
Al elegir los principios sobre los procedimientos, los jóvenes líderes dejaron claro que la participación juvenil debe ir más allá del simbolismo y formar parte real de los sistemas que definen las decisiones a nivel global.
Por qué la juventud de África debe estar en la punta de lanza
África es el continente más joven del mundo, con el 60% de su población menor de 25 años. Para 2035, la fuerza laboral del continente superará los 1.000 millones de personas. Cada año, alrededor de 20 millones de jóvenes africanos ingresan al mercado laboral sólo para encontrar una fracción de los empleos necesarios.
Esta ola de juventud es tanto una oportunidad como un riesgo. Si se invierte adecuadamente, la creciente población de África podría impulsar un enorme crecimiento económico, estimulando la innovación a nivel global. Pero si no se aprovecha, el mundo podría enfrentar una mayor inestabilidad y desigualdad creciente.
En el tema climático, los riesgos también son enormes. África posee el 60% de los mejores recursos solares del mundo, pero representa menos del 3% de la capacidad solar instalada. Cerrar esta brecha empoderando a la juventud africana para liderar en energía renovable no sólo es clave para el continente, sino que es fundamental para lograr las metas globales climáticas.
“Las personas jóvenes ya tenemos las soluciones; lo que necesitamos es que nuestras voces sean escuchadas”, explicó Duduzile Mabaso, defensora de la sostenibilidad y fundadora de Her Pride Foundation, quien estuvo en la cumbre del Y20.
“Demasiadas veces toman decisiones sobre nosotros, pero sin nosotros. Pero cuando se incluye a la juventud, traemos ideas nuevas y perspectivas frescas que realmente pueden impulsar el cambio. No solo para África, sino para el mundo entero.”
El costo de no actuar: clima y dcesempleo juvenil
No invertir en la juventud africana tiene un costo altísimo: el desempleo seguirá aumentando y podría alimentar el malestar y la inestabilidad social. Por ejemplo, en Kenia, donde el desempleo, la pobreza y la desigualdad provocaron protestas juveniles a nivel nacional en 2024, casi el 39% de los jóvenes no tienen empleo.
El desempleo juvenil es una de las mayores barreras económicas en todo África. De los cerca de 420 millones de jóvenes africanos de entre 15 y 35 años, un tercio está desempleado y otro tercio permanece en trabajos informales o vulnerables.
Esta crisis va mucho más allá del mercado laboral, ya que amenaza el crecimiento y la estabilidad futura de los países. Invertir en la juventud es clave para garantizar el futuro de cualquier nación. Sin inversiones fuertes en reformas educativas, impulso al emprendimiento y creación real de empleos, África corre el riesgo de perder una generación de talento y quedarse aún más atrás en desarrollo, mientras millones de jóvenes quedan marginados.
Líderes del Y20 junto a miembros de la Junta de la Agencia Nacional de la Juventud de Sudáfrica, la alcaldesa de Erkhuleni y la viceministra sudafricana de Mujeres, Juventud y Personas con Discapacidad Steve Letsike.
En lo que respecta a la adaptación climática y soluciones energéticas en África, un foco central de la campaña Scaling Up Renewables (SURA) de Global Citizen que estamos liderando en 2025, la energía solar representa sólo alrededor del 3% de la generación eléctrica del continente. Aunque la energía solar es la opción más barata en muchos países africanos, la inversión limitada, redes eléctricas débiles y falta de capacitación han dejado un potencial enorme sin usar. Si no hay financiamiento urgente y desarrollo de habilidades para la juventud, África corre el riesgo de quedarse aún más atrás en energías renovables —perdiendo una oportunidad triple de crear empleos, expandir el acceso a la energía y reducir las emisiones. Mientras tanto, faltan miles de millones en financiamiento para adaptación climática, afectando a África de manera desproporcionada.
Las y los jóvenes africanos ya están construyendo soluciones, solo necesitan la inversión. Programas como el Africa Adaptation Acceleration Program (una iniciativa del Global Centre for Adaptation y el Banco Africano de Desarrollo) están movilizando $25 mil millones en cinco años para la adaptación y convocatorias como el YouthADAPT Challenge, que financian emprendimientos de jóvenes en agricultura climáticamente inteligente y negocios verdes, ya muestran que sí se puede.
La inversión también puede verse como la campaña SURA de Global Citizen, que busca ampliar la energía renovable urgentemente necesaria en todo el continente, liderada por jóvenes africanos del clima a través del programa de becas SURA.
Porque apoyar a las y los jóvenes innovadores no solo es lo correcto: se trata de transformar la vulnerabilidad en resiliencia.
Un llamado a invertir antes del G20
Con la cuenta regresiva hacia el G20 ya en marcha, el mensaje de la juventud a los líderes globales es claro: es hora de dar el siguiente paso.
Para el futuro del continente, apoyar a la juventud africana no solo es un triunfo para África, sino para todo el mundo. Con la población más joven y de más rápido crecimiento del planeta, África alberga a los líderes, innovadores y personas que resuelven problemas que van a definir nuestro futuro colectivo, pero solo si plataformas como el G20 realmente los escuchan y actúan según sus prioridades.
El G20 tiene la influencia y los recursos para convertir esta promesa en realidad. Nuestro futuro global depende de eso. Desde invertir en educación y soluciones climáticas hasta abrir caminos para que los jóvenes puedan tomar decisiones directamente, el G20 puede, y debe, incluir directrices juveniles en su agenda de reuniones este noviembre. Si el G20 escucha, puede ayudar a construir un futuro más sostenible, inclusivo y próspero para todos.
Precious Huntley, joven activista climática y delegada del Y20, lo dijo perfecto al señalar que el primer Y20 de África “demostró lo conectadas que están nuestras luchas y esperanzas como jóvenes. Ya sea el cambio climático, el desempleo o la educación, no son solo desafíos africanos, son desafíos globales. Si el mundo invierte en nosotros, la juventud africana puede ser el motor de soluciones que beneficien a todos.”
Los líderes globales tienen el poder de liberar el potencial de África. Solo necesitan escuchar a la juventud que ya está lista para liderar.