¿Por qué es importante para los Global Citizens?
Los programas de compensación de carbono permiten a los gobiernos, las empresas e individuos minimizar su impacto ambiental. El Objetivo Global 13 de Naciones Unidas para la acción climática exhorta a los países a contrarrestar sus emisiones en camino a lograr las cero emisiones en los próximos años. Puedes unirte a nosotros para tomar medidas y ayudar a proteger el medio ambiente aquí

La costa caribeña guatemalteca es un zona forestal exuberante, el hogar de casi 7% de las especies de pájaros conocidas en el mundo, anfibios raros y mamíferos en peligro de extinción.

También es el sitio del Guatemalan Conservation Coast Project, una coalición de organizaciones sin fines de lucro, empresas y actores comunitarios como la fundación no lucrativa Fundaeco. La asociación trabaja para proteger la vida silvestre de la región, empoderar a las mujeres y a las comunidades indígenas; financiar formas sostenibles de agricultura y turismo; además de reducir las emisiones de carbono. Este proyecto de conservación holístico enfocado en la comunidad se está convirtiendo en un modelo cada vez más común en todo el mundo. 

Y este esfuerzo en particular está financiado en parte por los vuelos que tomas.

En marzo 2020, Delta Air Lines se comprometió a convertirse en una aerolínea carbón neutral. Lo que significa encontrar maneras de abordar todas las emisiones de dióxido de carbono de su empresa. Actualmente, una de las maneras de llevar a cabo esto es a través de la compra de compensaciones de carbono a través de organizaciones como el Guatemalan Conservation Coast Project, que también trabaja para proteger los bosques que ayudan a eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera. 

Los programas de compensación de carbono por lo regular toman tres cominos comunes: soluciones basadas en la naturaleza como la conservación del bosque, la inversión en la energía renovable y el desarrollo comunitario, como mejorar las estufas de cocina.

Invertir en estos proyectos puede pagar dividendos en el futuro en lugar de simplemente contrarrestar las emisiones de un vuelo dado. Estos programas invierten en cosas que eliminarán las emisiones de carbono y de otras sustancias del aire con el tiempo, pero la única forma en que pueden funcionar es si se mantienen de manera indefinida, de otra forma las emisiones solo serán liberadas a la atmósfera de nuevo. De esta manera, los programas de compensación de emisiones actúan como una especie de pago en el futuro al conservar los hábitats marinos y terrestres.  

La industria de la aviación es responsable de aproximadamente 2.4% de las emisiones globales, lo que significa que si la industria fuera un país, estaría en el sexto lugar en el mundo por sus emisiones, según el Environmental and Energy Study Institute. El futuro de la industria depende en parte de su capacidad para volverse más sostenible. Delta, por su parte, ha reconocido de forma reiterada la amenaza del cambio climático y prometió ser un líder al crear un futuro más sostenible para la industria de la aviación. 

“No hay un substituto del poder que los viajes tienen para conectar a las personas, que nuestro mundo necesita hoy más que nunca. Al conectar clientes en todo el planeta, es nuestra responsabilidad cumplir con nuestra promesa de reunir a las personas y asegurar el sumo cuidado de nuestro medio ambiente”, afirmó Ed Bastian, director general de Delta Air Lines, en una declaración

En Guatemala, el programa de compensación junto con la costa caribeña del país ha tenido resultados impresionantes hasta la fecha. 

Según Ecosphere+, que ayuda a supervisar el programa, aproximadamente 644 personas de la región, 26% de éstas mujeres, han recibido apoyo a través de la creación de empleos, y 1,131 familias han podido tener acceso a servicios de salud reproductiva. Para 2022, el programa tiene como objetivo generar 6.1 millones de toneladas de compensaciones, reforestar más de 2,406 hectáreas de bosque y ayudar a proveer protección adicional para las 30 especies en peligro de extinción.

El programa también ha creado siete negocios sostenibles, lo que ha permitido a las personas de la región cultivar productos agrícolas como cardamomo, hojas de xate, pimienta, rambután, lichi y canela de manera más sostenible. 

Pero el proyecto puede también medirse a través del potencial liberado en cada una de las personas impactadas. 

Para Nohemí Salam, de 22 años de edad y miembro del grupo indígena maya q'eqchi en la comunidad de Plan Grande Tatín, el financiamiento la ha ayudado a continuar con su educación y le dio nuevas esperanzas para el futuro.

“Quiero seguir estudiando y también tener mi propio negocio para crear oportunidades para otros y ayudarlos a terminar sus estudios”, afirmó.





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Por Joe McCarthy