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Imagina esto: estás leyendo este artículo, quizás tomando un café o de camino al trabajo. En el minuto que tardas en llegar al final, el mundo habrá perdido una superficie de selva tropical equivalente a 10 campos de fútbol. Es difícil de asimilar, ¿verdad? Pero esa es la dura realidad. Las selvas tropicales del mundo son los pulmones de nuestro planeta, pero las estamos llevando al límite.

La Amazonía: Más que solo una selva

La Amazonía es mucho más que una gran mancha verde en el mapa. Es el corazón que late del sistema climático mundial: almacena miles de millones de toneladas de carbono, regula las lluvias desde los Andes hasta el Midwest y ayuda a mantener el clima bajo control. Lo sabemos bien: una de las formas más efectivas de combatir el cambio climático es proteger las selvas tropicales del mundo, incluyendo la Amazonía, la más grande de todas. Más de 45 millones de personas viven allí, muchas de ellas son comunidades indígenas y locales cuyas historias, tradiciones y modos de vida están profundamente ligados a la selva.

Pero hoy está en peligro —por la deforestación, la explotación industrial y la falta de voluntad política. Ahora, la comunidad científica advierte que nos estamos acercando a un punto de no retorno: un momento en el que la selva podría sufrir daños irreversibles y transformarse en un ecosistema seco, tipo sabana, con consecuencias devastadoras para el clima mundial.

Esto es lo que está pasando — y lo que todas y todos podemos hacer para frenarlo.

Por qué Global Citizen lanzó “Protege la Amazonia”

En noviembre de 2025, los ojos del mundo se pondrán sobre Belém, Brasil —una ciudad pegada al borde de la Amazonía— cuando sea sede de la COP30, la cumbre climática anual de la ONU. Es una oportunidad única para que los líderes vean cara a cara la selva a la que tantas veces han prometido proteger.

También tiene un peso simbólico. La COP30 se celebrará una década después del Acuerdo de París, donde los países del mundo se comprometieron a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a apoyar a las naciones más vulnerables para adaptarse al cambio climático.

Pero, diez años después de ese acuerdo histórico, seguimos quedándonos cortos. Las emisiones aumentan. Las selvas caen. Y el objetivo de 1.5°C —la línea entre un planeta habitable y uno invivible— se nos está escapando de las manos.

La COP30 es una oportunidad clave para cambiar el rumbo.

COP30 y las NDC: el mundo debe actualizar sus planes climáticos

Ningún país en el mundo va en camino de alcanzar sus objetivos climáticos para reducir suficientes emisiones y frenar las peores consecuencias del cambio climático. Necesitamos que todos fortalezcan urgentemente sus compromisos con el planeta — y aquí entran las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC).

Bajo el Acuerdo de París, cada país debe definir una nueva o actualizada estrategia para reducir emisiones y prepararse para un planeta más cálido. Estas estrategias, conocidas como NDC, se entregan a la ONU y luego se implementan en cada país. En 2025, los firmantes del Acuerdo de París deben presentar su tercera ronda de NDC antes de la COP30 en Belém, Brasil.

Si tenemos en cuenta lo lejos que estamos de resolver la crisis climática, las NDC que los países presenten este año tienen que ser realmente ambiciosas — especialmente porque lo que se decida en Belém marcará el ritmo de la acción climática al menos hasta la década de 2030.

Con este panorama, la COP30 es un escenario determinante para la cumbre climática — un país cuya puerta está en la misma Amazonía, cuyos árboles siguen cayendo cada segundo. Es un recordatorio claro de que proteger y restaurar la selva, asegurar los derechos de las tierras indígenas e invertir en desarrollo sostenible (sin que eso signifique sacrificar los recursos de la Amazonía) debe ser el centro de estos compromisos.

Para aprovechar este gran momento, Global Citizen lanzó Protect the Amazon, una campaña global de movilización y defensa que impulsará la acción en el camino hacia la COP30. Usamos grandes momentos culturales, encuentros políticos y la movilización ciudadana para meter presión y conseguir compromisos climáticos — de gobiernos, instituciones financieras y empresas.

Todos estos esfuerzos se verán reflejados en el Global Citizen Festival: Amazonia, el primer concierto de impacto de este tipo en Belém durante la COP30, que usará el poder de la cultura para enfocar la atención sobre la Amazonía y movilizar millones de personas para actuar. Además, será uno de los eventos masivos más sostenibles y de menor impacto jamás realizados en Sudamérica.

Esto es lo que pedimos

Buscamos compromisos por lo menos de mil millones de dólares en nuevas inversiones de países ricos, fundaciones, empresas e instituciones financieras importantes para proteger y restaurar la Amazonía. Estos fondos apoyarán mecanismos existentes como el Fondo Amazonía y el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC).

También estamos impulsando la inversión privada en soluciones basadas en las comunidades. Esto incluye apoyar a la Equitable Earth Coalition, que dirige financiamiento climático directamente a las comunidades forestales que lideran la conservación sobre el terreno, además de respaldar proyectos de la campaña con Re:wild, que trabaja en zonas de la Amazonía restaurando selvas y promoviendo desarrollo sostenible.

Y por último, estamos alzando la voz por algo que casi siempre se pasa por alto: los derechos sobre la tierra.

Los pueblos indígenas y las comunidades locales son quienes mejor cuidan la naturaleza, protegiendo las selvas y la biodiversidad generación tras generación. Pero, sin derechos formales sobre sus tierras, muchas veces no tienen suficiente poder ni autonomía para conservarlas y quedan expuestos a desalojos, explotación y violencia. Reconocer y fortalecer sus derechos es clave para salvar los bosques y asegurar la resiliencia climática a largo plazo.

Llamamos a todos los gobiernos de la cuenca amazónica —incluido Brasil— a acelerar el proceso de reconocimiento y demarcación de territorios indígenas, de acuerdo a los estándares internacionales de derechos humanos. Esto implica rechazar medidas negativas como la tesis del "Marco Temporal", que amenaza con revertir derechos conquistados, y garantizar que los pueblos indígenas y comunidades locales participen realmente en las decisiones, incluso en negociaciones internacionales como la COP30.

¿Qué pueden hacer los Global Citizens?

En un momento en que los bosques están a punto de no tener regreso, las comunidades en la primera línea sienten el mayor impacto del clima y la energía renovable sigue siendo inaccesible, el desafío nunca ha sido tan grande.

La COP30 tiene que marcar un antes y un después.

Como Global Citizens, podemos tomar acción: alzando la voz, haciendo presión donde realmente importa y apoyando a las comunidades que están enfrentando el cambio climático de frente.

No se trata solo del Amazonas. Hablamos de seguridad alimentaria, aire limpio, agua segura y un futuro habitable, especialmente para las próximas generaciones.

El tiempo corre. Pero aún estamos a tiempo de elegir otro camino.

Sabemos cuál es el problema. Tenemos las soluciones. Ahora, solo falta la voluntad de actuar. Podemos proteger el Amazonas y tomar acción hoy para lograr el cambio de mañana.

Global Citizen Explains

Defiende el planeta

La deforestación empuja al Amazonas al colapso. Descubre cómo detenerla y por qué tu ayuda es clave.

Por Global Citizen StaffMel Ndlovu  y  Mara Ranville