Por Anastasia Moloney
Traducción: Erica Sánchez
BOGOTA, 16 de septiembre (Fundación Thomson Reuters) - Armado con una aplicación móvil, Glenis Barragán ha estado tocando de puerta en puerta los barrios pobres de la ciudad norteña colombiana de Cúcuta, con el objetivo de combatir la propagación del virus Zika, y el mosquito que transmite esa enfermedad.
El año pasado, Barragán ha ayudado a otros residentes a identificar y destruir los criaderos de mosquitos, desde agua almacenada en contenedores y cubos en los hogares hasta charcos de agua, basura, y neumáticos desechados en las calles y parques de la ciudad.
Utilizando una app y plataforma móvil creada por Premise, una compañía de análisis y datos con sede en Estados Unidos, la información recopilada fue registrada, georreferenciada, fotografiada y luego transmitida a las autoridades de salud de la ciudad.
Los resultados del proyecto piloto, que se ejecutó desde principios de 2018 hasta julio de este año, descubrieron que cuando a las personas se les muestran los criaderos de mosquitos y se les informa sobre el virus Zika, es más probable que luego inspeccionen sus propios hogares y los mantengan libres de mosquitos, dijo Premise.
"Cuando volvimos a las casas que visitamos después de dos meses, no tenían zonas de reproducción, la gente aplicaba cloro para destruirlas", dijo Barragan.
"Estamos creando conciencia entre las personas acerca de que resolver y evitar el problema está en nuestras manos", dijo a la Fundación Thomson Reuters en una entrevista telefónica.
Barragán es parte de una red de más de 7,000 personas que participaron en el proyecto dirigido por Premise en tres ciudades de Colombia --Cúcuta, Cali y Santa Marta-- a través de las cuales se inspeccionaron 108,000 hogares, dijo Premise.
A los participantes se les pagaba en bitcoins, una moneda digital, o mediante depósito bancario.
En total, fueron destruidos alrededor de 70,000 sitios de reproducción de mosquitos, y el número promedio de sitios de reproducción encontrados en cada hogar se redujo de 3 a 1.8 en un año, según indicó Premise.
La compañía de tecnología espera que esta iniciativa se expanda a otras ciudades de Colombia, así como a todo el continente.
Participación ciudadana
El virus Zika se transmite a los humanos al ser picados por los mosquitos Aedes aegypti, la misma especie que porta otras enfermedades como el chikungunya, fiebre amarilla y el dengue.
El proyecto, financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), surgió en respuesta a la epidemia de zika 2015-2016 en las Américas, que luego se declaró como una emergencia mundial.
Si bien América Latina no se enfrenta actualmente a una epidemia de zika, la región está lidiando con un gran brote de dengue donde al menos 2 millones de personas han contraído el virus en lo que va del año y más de 720 han muerto, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
A medida que la región se enfrenta a nuevos brotes transmitidos por mosquitos, existe una creciente necesidad de encontrar nuevas formas de controlar y reducir la propagación de enfermedades infecciosas como el zika y el dengue, lo que incluye brindar soluciones tecnológicas a las comunidades afectadas.
Los expertos médicos advierten que las personas que viven en barrios marginales densamente poblados sin agua corriente o sistemas adecuados de recolección de aguas residuales y basura corren mayor riesgo de contraer Zika y otras enfermedades transmitidas por mosquitos.
Durante períodos de fuertes lluvias, los barrios marginales a menudo se inundan porque los desagües no existen o están bloqueados, dejando charcos de agua estancada fuera de las casas de las personas donde los mosquitos pueden reproducirse.
Barragán dijo que, junto a otros líderes de la comunidad, visitaron hogares en barrios marginales de las laderas a los que las autoridades de salud no pueden llegar debido a problemas de transporte y seguridad.
Involucrar a las comunidades locales en la recopilación de datos para monitorear los brotes de enfermedades puede ayudar a complementar el trabajo realizado por los funcionarios de salud que generalmente han llevado a cabo tales tareas.
"Este es un enfoque bastante innovador y nuevo para incluir un enfoque participativo, lo que significa que los ciudadanos ahora pueden vigilar la aparición de brotes", dijo Antoine Flahault, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Ginebra.
"Este tipo de datos puede ser complementario, y puede agregarse como un método más a la vigilancia tradicional", dijo el investigador de salud.
Un desafío es garantizar que los funcionarios de salud puedan examinar todos los datos recopilados por los ciudadanos y responder a tiempo, agregó.
Maury Blackman, jefe de Premisa, dijo que los datos recopilados incluyen mapas de calor, seguimiento histórico y gráficos de frecuencia, lo que permite a los funcionarios de salud ver cuándo y en qué vecindarios de la ciudad deben intervenir.
"Con el análisis de datos, lo que podemos hacer es mostrarles a las autoridades a través del mapeo dónde están las áreas de mayor impacto", dijo Blackman.
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