Por Anastasia Moloney.
Traducción Erica Sánchez.
LONDRES, 15 de noviembre (Fundación Thomson Reuters) - Después de 35 operaciones para reconstruir su rostro quemado tras un ataque con ácido hace cuatro años, la colombiana Natalia Ponce de León ha superado su enojo y está decidida a presionar por mayor justicia para ayudar al creciente número de mujeres víctimas de ataques en su país y en el mundo.
Ponce fue víctima de un acosador fuera de su casa en Bogotá que la atacó con ácido y la dejó con quemaduras severas en una cuarta parte de su cuerpo. Ella se repuso y lo que sucedió la determinó a hacer algo para detener la aceptación generalizada de la violencia contra las mujeres en su país de origen.
En Colombia, una mujer es asesinada en promedio cada tres, a menudo por sus esposos, novios o familiares, y se reportan a diario 55 casos de violencia sexual, según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Ponce dijo que la cantidad de ataques con ácido contra mujeres está aumentando en Colombia, que tiene una de las tasas más altas de ataques con ácido per cápita, según informó la Organización Internacional con sede en Londres Acid Survivors Trust International (ASTI).
Ponce explicó que en 2017 se registraron 53 casos, en comparación con 33 en 2016, la mayoría contra mujeres. El trabajo fuerte de su campaña dio lugar a una nueva ley en 2016, que lleva su nombre, lo que aumentó la pena máxima de cárcel por ataques con ácido a 50 años.
"Se nos arroja ácido y estamos quemadas por el hecho de que somos mujeres. Lo que me pasó a mí le puede pasar a cualquiera", dijo Ponce, cuando se presentó como oradora en la Conferencia de Confianza anual de la Fundación Thomson Reuters sobre esclavitud y los derechos humanos realizada recientemente.
"El atacante piensa: si no eres mía, entonces no puedes estar con nadie más. No pretenden matarte, directamente te dan una sentencia de muerte".
Ponce, de 38 años, dijo que el dolor del ataque siempre la acompañará, pero que se decidió “ a convertir lo negativo en positivo” y ayudar a otras víctimas a hacer lo mismo.
Los ataques aumentan globalmente
ASTI informó que cada año se reportan alrededor de 1,500 ataques con ácido en todo el mundo, principalmente contra mujeres. Aunque el número real probablemente haya sido mucho más alto y la mayoría de las víctimas estén aún demasiado asustadas para hablar.
Si bien los ataques con ácido son más comunes en el sur de Asia, también ocurren en el Medio Oriente y en Europa, con Gran Bretaña e Italia reportando un aumento en los ataques en los últimos años, según informó ASTI.
A principios de este mes, una activista ucraniana contra la corrupción, Kateryna Handzyuk, de 33 años, murió tres meses después de ser atacada con ácido que quemó más del 40% de su cuerpo. Ponce estableció una fundación en 2015 para brindar apoyo a las víctimas del ácido y presionar a Colombia para que introduzca una ley con sentencias más severas para los delincuentes y atención médica estatal gratuita para las víctimas.
Pero Ponce dijo que su trabajo dista mucho de haber sido realizado, ya que muy pocas víctimas de ataques con ácido, particularmente en áreas rurales, obtienen la atención médica especializada a la que tienen derecho según la ley, como la de terapia psicológica a largo plazo y la cirugía reconstructiva.
Luego del ataque Ponce se sometió a diversas cirugías reconstructivas. Las operaciones han incluido el uso de piel artificial de los Países Bajos para reconstruir su rostro que había sido severamente quemado.
"Muchos sobrevivientes de ataques con ácido aún no conocen sus derechos", dijo, quien también hace campaña para garantizar que más hospitales públicos tengan unidades especializadas en quemaduras.
El atacante de Ponce está tras las rejas y cumple una condena de 20 años, pero la justicia sigue siendo difícil de alcanzar para muchos sobrevivientes de ataques con ácido, ya que la mayoría de los delitos de violencia contra las mujeres quedan impunes. “Muchas mujeres se niegan a presentarse y denunciar los ataques”, dijo Ponce.
Con frecuencia, los ataques con ácido en Colombia involucran a mujeres con antecedentes de violencia doméstica, y son cometidos por novios, maridos o ex parejas.
"El sistema judicial y los jueces en Colombia aún culpan a las mujeres por la violencia que se les inflige. Se critica por qué una mujer estuvo fuera en ese momento o qué vestía", dijo Ponce.
Ella explicó que está enfocada en ser más resistente y "abrazar la adversidad", y no al hombre que destruyó su identidad.
"No podemos permanecer como víctimas. No podemos vivir en una prisión. El odio y la ira son una prisión. Tenía mucha ira. Pero aprendí a deshacerme de la ira para poder respirar de nuevo", dijo.
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