Por Laurie Goering

LONDRES, 8 de septiembre (Thomson Reuters Foundation) — Cuando el poderoso ciclón retumbó en la región costera de las zonas bajas del delta de Sundarbans en Bangladesh e India el año pasado, las familias que trataban de mantenerse a salvo enfrentaron un dilema.

Muchos de los refugios para huracanes estaban ya ocupados por trabajadores migrantes en cuarentena que habían regresado a casa porque la pandemia del COVID-19 había cerrado sus lugares de trabajo. Los residentes solo tenían la opción de enfrentar el ciclón en casa o hacer frente al virus en los refugios.

Desde el calentamiento ártico hasta los incendios forestales, los apagones eléctricos durante el frío en Texas y la deforestación del Amazonas, las amenazas en el mundo que podrían parecer no tener relación están agravándose entre sí cada vez más, los investigadores de Naciones Unidas afirmaron en un informe publicado el miércoles.

Las causas subyacentes de los riesgos en aumento —desde el cambio climático hasta la falta de cooperación entre los gobiernos e ignorar el valor de la naturaleza al hacer una decisión económica— son comunes en muchos de ellos, afirmaron los investigadores.

Por ejemplo, ponerle un precio a la madera pero no a los servicios forestales que provee cuando sigue en pie y absorbe el carbono y regula las lluvias, ayuda a acelerar todo desde el cambio climático hasta la extinción de especies, las sequías y las pandemias, señaló el informe.

Revisar cómo se miden los beneficios económicos podría ayudar a reducir una franja amplia de riesgos por desastres, afirmó Jack O'Connor, un científico con un puesto importante en el United Nations University's Institute for Environment and Human Security.

“El desastre es la punta del iceberg y hay toda una masa de cosas detrás de éste. Y la base del iceberg es la misma cosa que comparten todos los eventos”, O'Connor, autor principal del informe, afirmó a Thomson Reuters Foundation.

Muchas de las elecciones individuales cotidianas, como comer un bocadillo de pollo para el almuerzo, tienen vínculos directos con las amenazas que van desde la pérdida de especies y bosques hasta el cambio climático, señalaron los investigadores.

Uno de los motores principales de la deforestación en el Amazonas en Brasil es la expansión de los campos de soya —y 77% del cultivo de soya es para alimentar animales, especialmente pollos, señaló el reporte.

Con el consumo de carne en aumento en todo el mundo, en particular en Europa y China, los investigadores señalaron que aun cuando la carne no se produce directamente en el Amazonas, “a través de las interconexiones de las cadenas de suministro global, el consumo de la misma es la causa de raíz de la destrucción del Amazonas”.

O'Connor, ecologista australiano, afirmó que los investigadores esperaban que al ver los desastres en constante aumento como algo más que crisis sin relación alguna habría una reacción mayor ante ellos.

“Están sucediendo con más frecuencia en todo el mundo y cuando los ves en las noticias todos los días puedes sentirte un poco abrumado”, dijo. “Están diciendo, ‘no solo se trata de un incendio en Brasil. Está conectado contigo y con otros desastres’”.  

Gobiernos ocupados

Reconocer los vínculos entre los riesgos —y sus factores comunes— sigue siendo un reto para la mayoría de individuos y gobiernos, afirmó Mami Mizutori, Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres.

Conforme el avance de las amenazas aumenta, muchos gobiernos están demasiado ocupados respondiendo ante las crisis actuales en lugar de trabajar en la prevención de futuras; y quienes lo intentan a menudo se enfocan únicamente en el riesgo local más serio, sea éste una inundación, la pandemia o un incendio, afirmó.

Los presupuestos y la experiencia también son limitados, añadió, lo que obstaculiza los esfuerzos para profundizar en el entendimiento de los riesgos conectados y unir esfuerzos para reducirlos.

Sin el reconocimiento de que la pérdida de biodiversidad amenaza desatar pandemias futuras, “no importa qué tan sólido sea tu sistema de hospitales o las vacunas mejor desarrolladas o si estás mejor preparado, no evitarás” una crisis de salud, afirmó.

“Evitar la pérdida de biodiversidad no solo se trata de asegurar que cierto animal no se extinga. Realmente se relaciona con nuestras vidas y sustentos”, afirmó en una entrevista telefónica.

Si bien reducir los riesgos de manera efectiva depende de reconocer y rastrear las causas de los desastres, en práctica es difícil de probar, admitieron los investigadores.

Una cooperación internacional más sólida, por ejemplo, podría potenciar al máximo las respuestas ante las pandemias, el cambio climático o la pérdida de naturaleza. Pero la pandemia del COVID-19 ha demostrado cómo las crisis a menudo estimulan la competencia entre los gobiernos, afirmaron los investigadores.

Sin embargo, hay señales de progreso. La Organización Mundial de la Salud la semana pasada lanzó una nueva plataforma global para impulsar la recolección e intercambio de inteligencia epidémica y pandémica.

Mientras tanto, los países del G20 y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos planean fijar una tasa tributaria empresarial mínima global de 15% para evitar la evasión de impuestos y proveer más ingresos gubernamentales con el fin de abordar los retos crecientes.

Enfrentar la complejidad  

Ayudar a los líderes de los gobiernos —y a otros— a entender que el ritmo de los desastres crecientes en los encabezados no son crisis individuales sino un síntoma de problemas estructurales más grandes es esencial para reducir las amenazas, señaló el informe.

“La manera en la que entendemos y percibimos los riesgos influye en nuestra capacidad para responder ante ellos”, afirmó.

“Ya que los riesgos asociados con estos eventos desastrosos están interconectados, pensar de una manera insular, aislada y fragmentada ya no es sostenible”.

O'Connor, quien reside en Berlín, afirmó que las inundaciones catastróficas en Alemania en julio probablemente estimulen los esfuerzos para mejorar la infraestructura para prevenir inundaciones y los sistemas de alarmas anticipadas.

Pero “si no vemos por qué hubo un evento extremo como tal, en principio, no importará qué tan bien nos preparemos”, ya que el cambio climático causa un clima más salvaje, alertó.

“Los políticos tienden a abstenerse de abordar estos problemas bastante complejos. Pero estamos acercándonos al punto donde no podemos darnos más ese lujo”, añadió.

(Reportaje de Laurie Goering @lauriegoering; edición de Megan Rowling. Favor de dar crédito a Thomson Reuters Foundation, el organismo de beneficencia de Thomson Reuters. Visit http://news.trust.org/climate)

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