En los primeros 10 meses de 2022, Oriente Medio, África, Asia y Europa registraron un calor récord, provocando sequías e incendios forestales fuera de control. El calor prolongado y severo sofocó partes de China, Pakistán y la India, mientras que el Reino Unido batió su récord de temperatura con más de 40 grados centígrados.
La emblemática capa de hielo de Groenlandia, por su parte, registró su propia "mini ola de calor".
Los científicos de todo el mundo están de acuerdo: estas olas de calor se deben sin duda al cambio climático inducido por el hombre.
El catastrófico año de calor extremo ha hecho que los activistas vuelvan a albergar la esperanza de que la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, o COP27, impulse un cambio real. En las conversaciones de la ONU sobre el clima, que se celebran en Egipto del 6 al 18 de noviembre, representantes de gobiernos, organizaciones benéficas y ONG se reunirán para debatir sobre la mejor manera de defender el planeta.
En vísperas del evento, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) publicó un informe que insta a los responsables de la toma de decisiones a escuchar a los jóvenes y a dar prioridad a sus necesidades únicas. El informe habla explícitamente de que "la crisis climática es una crisis de los niños" y de que las medidas que se tomen hoy determinarán el destino de millones de jóvenes.
"Los niños menos responsables del cambio climático son los que están soportando sus mayores costes", afirma Vanessa Nakate, embajadora de buena voluntad de UNICEF y activista climática, en el prólogo del importante informe. "Debemos garantizar que los países en los que los niños son más vulnerables a los impactos del cambio climático dispongan de los recursos necesarios para adaptarse y de los servicios sociales críticos necesarios para protegerlos."
A continuación, puedes leer algunas de las principales conclusiones del informe.
1. En 2020, 1 de cada 3 niños vivía con temperaturas extremadamente altas
En 2020, alrededor de 740 millones de niños, aproximadamente 1 de cada 3 en todo el mundo, vivían en países donde las temperaturas superaban los 35 grados centígrados durante 80 días al año. Algo menos de 600 millones de jóvenes estaban igualmente expuestos a una alta frecuencia de olas de calor, término utilizado para referirse a una media de 4,5 o más olas de calor al año.
Otras tres medidas -duración de la ola de calor, gravedad de la ola de calor o temperaturas extremas- afectaron a 624 millones de jóvenes.
Según UNICEF, las repercusiones del calor extremo en los niños son multifacéticas, pero a grandes rasgos se dividen en dos categorías: riesgos para la salud y el bienestar, e impactos sociales y educativos. Las altas temperaturas, explica UNICEF, afectan a la salud mental y emocional, al acceso a los alimentos y al agua, a la educación, a la seguridad y a los medios de subsistencia.
"Las olas de calor exacerban la sequía, provocando la pérdida de cosechas y la inseguridad alimentaria, con graves repercusiones en la nutrición infantil, especialmente en las comunidades que dependen de la agricultura", se lee en el informe. "Las olas de calor provocan una mala salud y nutrición en los niños y están relacionadas con un menor rendimiento escolar y una menor asistencia a la escuela".
2. En 2050, prácticamente todos los niños de la Tierra se enfrentarán a olas de calor más frecuentes
En la actualidad, 1 de cada 4 niños vive en zonas en las que una ola de calor media dura más de cuatro días.
Esta cifra se disparará a 3 de cada 4 niños en 2050, incluso si el mundo limita el calentamiento global a 1,7 grados centígrados, una situación que UNICEF califica de "escenario de bajas emisiones". En el "escenario de altas emisiones" alternativo, en el que el mundo se calienta 2,4 grados, el 94% de los niños estarán expuestos.
La gravedad de las olas de calor -cuando la media de las olas de calor es de 2 grados centígrados o más por encima de la media local de 15 días- afectará a 100 millones de niños en el escenario de bajas emisiones (frente a los 28 millones actuales) y a la asombrosa cifra de 212 millones de niños en el escenario de altas emisiones.
En 2050, África será el continente con la tasa más alta de jóvenes que soportan una alta frecuencia de olas de calor.
Qué puede hacer el mundo para ayudar
1. Proteger a los niños de la devastación climática adaptando los servicios sociales
UNICEF ha esbozado cuatro pilares clave que los países de todo el mundo deben reconocer si se quiere proteger la educación, los medios de vida y la salud de los niños. En primer lugar, UNICEF hace un llamamiento a los gobiernos para que adapten los servicios fundamentales, como las iniciativas de agua y saneamiento y los sistemas de atención sanitaria, para garantizar que puedan soportar el cambio climático y las crisis medioambientales.
2. Preparar a los niños para vivir en un mundo con cambios climáticos
Cada nación debe garantizar que sus ciudadanos más jóvenes estén equipados con educación sobre el cambio climático y el riesgo de desastres. También hay que capacitar a los jóvenes para que utilicen su educación sobre el cambio climático en las cumbres de elaboración de políticas, y UNICEF insta a los organizadores de la COP27 a que garanticen que los niños puedan participar de forma significativa e influir en los planes de acción.
3. Dar prioridad a los niños y jóvenes en la financiación y los recursos para el clima
En la conferencia COP26 del año pasado en Glasgow, las naciones desarrolladas acordaron duplicar la financiación destinada a la adaptación al clima hasta unos 40.000 millones de dólares anuales para 2025, con el objetivo final de aportar al menos 300.000 millones de dólares anuales para 2030. Estos acuerdos deben cumplirse, escribe UNICEF, mientras que la conferencia de este año debería basarse en los planes de "pérdidas y daños", un término que se refiere a la financiación de la recuperación de impactos climáticos como tormentas y sequías extremas, especialmente en las naciones más vulnerables.
4. Prevenir la catástrofe climática reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y mantener 1,5°C
Todos los gobiernos deben aumentar la ambición de sus políticas climáticas. Los países ricos del G20 deben encabezar los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 45% para 2030 y mantener el calentamiento a no más de 1,5 grados Celsius, mientras que todos los países deben acelerar la transición a las energías renovables.
El informe dice que hay que poner fin a las subvenciones a los combustibles fósiles y reorientar los beneficios inesperados de los productores de combustibles fósiles hacia los más vulnerables.