Por Anastasia Moloney
Traducción: Erica Sánchez
BOGOTA, 13 de agosto (Fundación Thomson Reuters) - Un año después de que Guatemala haya prohibido el matrimonio infantil, las niñas aún se casan en comunidades indígenas rurales que desconocen la prohibición y consideran que esta práctica es aceptable, explicó recientemente un grupo de expertos.
Guatemala prohibió el matrimonio infantil en agosto de 2017, por lo que es ilegal que cualquier persona menor de 18 años se case bajo ninguna circunstancia.
Y aunque no existen datos para mostrar cuántas niñas se han casado desde entonces, la evidencia anecdótica reunida por grupos que trabajan con comunidades indígenas rurales sugiere que la práctica persiste.
Casi un tercio de las niñas en Guatemala actualmente están casadas a los 18 años, y muchas viven con parejas en uniones informales.
Muchas de las comunidades indígenas mayas pobres de Guatemala, donde el matrimonio infantil es más común, desconocen esta veda absoluta, explicaron expertos y defensores.
"Por lo que hemos escuchado en las comunidades no han cambiado muchas cosas desde que se aprobó la ley", dijo Emma Puig, directora de igualdad de género en América Latina en el plan benéfico para niños Plan Internacional.
"El gran desafío es trabajar en cambiar la mentalidad, las normas sociales que consideran normal ver a una niña menor de 18 años viviendo con un hombre que la mayoría de las veces podría ser su abuelo", dijo a la Fundación Thomson Reuters.
Impulsados por la pobreza y las tradiciones culturales en un país con una de las tasas más altas de desnutrición infantil en América Latina, las niñas indígenas suelen casarse, por lo que las familias tienen una boca menos que alimentar.
Según el grupo de derechos humanos Women's Justice Initiative (WJI), en la aldea de Chuiquel, al oeste de Guatemala, se informó que al menos 30 niñas, la mayoría de entre 15 y 16 años, se encuentran en una situación de unión informal desde la prohibición del matrimonio.
WJI organiza talleres en comunidades aisladas dirigidas por mujeres mayas locales que difunden el mensaje sobre la prohibición del matrimonio y educan a las niñas sobre sus derechos.
"Es clave para las niñas saber que tienen otras opciones y que pueden hacer otras cosas además de pensar que su única opción es casarse y tener hijos", dijo Viviana Patal, abogada de WJI.
"El impacto de los talleres entre las familias ha sido cuestionar y repensar la importancia de estudiar y enviar a sus hijas a la escuela, para que asimilen la idea de que ir a la escuela puede ser una herramienta para tener una mejor calidad de vida".
Si bien las tasas de matrimonio infantil han disminuido lentamente en todo el mundo, cada año 12 millones de niñas se casan antes de los 18 años, según datos de la agrupación Girls Not Brides.
América Latina es la única región que no ha visto una caída significativa en el matrimonio infantil en las últimas tres décadas, con la mayor prevalencia en Nicaragua, la República Dominicana y Brasil.
La mayoría de los países latinoamericanos prohíben el matrimonio hasta los 18 años, pero muchos hacen excepciones con el permiso de sus padres o un juez.
Hacer que los niños y jóvenes cuestionen los roles de género tradicionales y lo que significa ser hombre es la clave de la solución, dijo Patal.
"Los hombres jóvenes también tienen presiones sociales. Sienten que si no tienen esposa e hijos, entonces no son hombres", explicó.
Según los expertos, el matrimonio infantil generalmente priva a las niñas de la educación, las mantiene en la pobreza y las pone en riesgo de violencia doméstica y sexual.
"Las niñas quedan atrapadas en una vida de violencia por el resto de las vidas", dijo Alejandra Colom, directora de Population Council en Guatemala, una organización de investigación con sede en los Estados Unidos.
El primer embarazo de una novia menor de edad es, de hecho, producto de una violación, pero "se trata de una violación tolerada porque ocurre en una unión que es aceptada por la comunidad", dijo.
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