Obrero infantil se convierte en abogado: Conoce al hombre que demanda justicia para los niños y niñas en India

Autor: Jacky Habib

Sahiba Chawdhary for Global Citizen

Las calles bulliciosas de Nueva Delhi están llenas de sonidos de claxon, sirenas y pisadas apresuradas, pero dentro de sus juzgados silenciosos, el abogado Amar Lal crea otro tipo diferente de sonido cuando habla fuerte al defender a niños y niñas.

El abogado de derechos infantiles, de 26 años, navega por el sistema judicial complejo de India con determinación inquebrantable, sabiendo que los riesgos son altos.

Si bien Lal pasa sus días en el juzgado defendiendo niños y niñas que han sido explotados —ya sea a través de delitos sexuales o trabajo infantil—, sus tardes las pasa examinando archivos de casos y abogando para que el gobierno de la India refuerce y haga cumplir las políticas sobre los derechos infantiles. Algunas veces, Lal se involucra en las operaciones de rescate, al acompañar a sus colegas mientras rescatan hasta 100 niños a la vez de fábricas y otros sitios de trabajo.

"Siempre me siento bien al salvar la vida de otro niño", Lal afirmó a Global Citizen. 

Recientemente, Lal defendió con éxito a un grupo de 14 exobreros infantiles en un proceso judicial contra su empleador. Los niños, quienes tenían entre 10 y 16 años al momento de ser empleados, eran obligados a trabajar 14 horas al día en una fábrica, siete días a la semana, haciendo brazaletes. Recibían un salario de entre 2 y 5 dólares estadounidenses al mes. 

El caso tardó 10 años para tener una audiencia ante un juzgado debido a los innumerables retrasos, incluyendo los años que les tomó a los oficiales de la policía investigarlo. Lal afirma que esto es algo común. Con una sentencia condenatoria, el dueño de la fábrica recibió la orden de compensar a cada extrabajador infantil con aproximadamente 500 dólares estadounidenses, y fue sentenciado a dos años de prisión.

Lal afirma que los infractores "quieren evadir la cárcel, pero nos aseguramos de que reciban el castigo que merecen, o el castigo que dicta la constitución". 

Para Lal, este trabajo es personal.

Lal tenía tan sólo 4 años cuando comenzó a trabajar en una cantera de piedra al lado de miembros de su familia. Los padres de Lal, trabajadores migrantes de la comunidad de Banjara en India, conocidos por su estilo de vida nómada, trabajaban para pagar una deuda adquirida con un usurero. 

Amar Lal habla con una colega en la oficina de Bachpan Bachao Andolan en Nueva Delhi, el 9 de junio de 2023.
Image: Sahiba Chawdhary for Global Citizen

Desde las 7 a.m., cuando comenzaba su trabajo, hasta el atardecer, Lal rompía piedras grandes en pedazos más pequeños y luego los llevaba a una carretilla. Sus hermanos mayores y sus padres participaban en el mismo trabajo, pero transportaban piedras más pesadas. Cuando labraban las montañas, las rocas ocasionalmente rodaban y caían, hiriendo a los trabajadores. 

"Algunas veces sufríamos lesiones… pero no significaban en realidad gran cosa para nosotros porque eso era nuestra vida", Lal afirmó a Global Citizen.

Cuando Lal y los miembros de su familia resultaban lastimados, aplicaban medicina local en sus heridas en lugar de visitar una clínica de asistencia médica.

"No pensábamos que esto fuera un gran problema. El problema real era ganar dinero para conseguir comida. Ésa era la prioridad más grande en la vida", afirmó Lal.

A la edad de 6 años, Lal fue rescatado por la Kailash Satyarthi Children's Foundation —la misma organización sin fines de lucro que ahora lo emplea—, fundada por Kailash Satyarthi, el coganador del Premio Nobel de la Paz, junto con Malala Yousafzai, por su activismo a favor de los derechos infantiles.

Después de ser rescatado, Lal se inscribió en la escuela, donde, por primera vez, vio bolígrafos, libros y estudiantes que jugaban deportes como cricket y fútbol.

"Así que esto también es la vida", Lal recuerda pensar, al compararla con la única vida que conocía de trabajo exhaustivo y pobreza. 

"Siempre vivimos muy lejos de las ciudades, así que nunca había visto una escuela. No tenía idea sobre los coches ", afirma Lal. "Si hubiera sabido que existía la educación… me habría preguntado definitivamente por qué estaba trabajando, pero no tenía [ese tipo de] pensamientos y tampoco tenía alternativa".

Las tendencias globales en el trabajo infantil

En esta foto de archivo de julio de 2012, un obrero infantil espera a que su caso sea procesado después de haber sido rescatado durante un operativo por parte de los trabajadores de Bachpan Bachao Andolan en India.
Image: Kevin Frayer/AP

Lal permaneció en una casa hogar de niños manejada por la organización sin fines de lucro mientras continuaba con su educación, y se hizo amigo de un sinnúmero de otros niños que también habían sido rescatados como él. Muchos de ellos, afirmó Lal, estuvieron en situaciones "mucho peores" que la de él. Conoció niños de tan sólo seis años que habían trabajado 18 horas al día y que eran golpeados en el trabajo. Estos niños se encuentran entre la cifra estimada de 79 millones de niños involucrados en trabajos peligrosos, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

A una edad temprana, después de ver cicatrices en los cuerpos de sus amigos causadas en sus extrabajos, Lal se vio expuesto a la realidad que enfrentan los 160 millones de niños que se estima que están involucrados en el trabajo infantil.

Según la OIT, aproximadamente tres cuartas partes del total de niños involucrados en labores de mano de obra, trabajan con sus propias familias, como Lal. Lo cual  indica cómo la pobreza de un hogar conduce al trabajo infantil, según Benjamin Smith, especialista en trabajo infantil en la OIT.

"Si los padres pudieran conseguir trabajos decentes con ingresos adecuados, entonces no existiría la necesidad del trabajo infantil", Smith afirmó a Global Citizen. 

El progreso global para contrarrestar el trabajo infantil se ha estancado desde 2016, según la OIT. Desde que la organización comenzó a medir las cifras en el año 2000, el trabajo infantil incrementó por primera vez entre el periodo que va de 2016 a 2020, según las últimas cifras disponibles. 

Smith afirmó que es probable que las cifras actuales sean todavía peores, ya que "la información inicial no es buena" sobre el impacto del COVID-19 en el trabajo infantil, en particular para los grupos marginados como las comunidades indígenas, migrantes, minorías étnicas o lingüísticas. La OIT estimó que, al menos que se tomen las medidas preventivas adecuadas, en particular mayor protección social, 9 millones más de niños estarían involucrados en trabajos debido a la pandemia. 

"Para muchos niños, la interrupción temporal de su educación se volvió permanente, y presenciamos un éxodo de niños fuera de las aulas escolares al mundo laboral de un modo prematuro", afirmó Smith.

Todos los días, Lal es testigo del impacto del trabajo infantil. Un sinnúmero de niños necesitan rehabilitación y reunirse con sus padres o, por lo menos, integrarse a una casa hogar para niños. Otros requieren de apoyo médico para recuperarse, y muchos niños rescatados que asisten por primera vez a una escuela, están rezagados detrás de sus compañeros.

Cuando cada niño detrás de estas estadísticas, tiene una historia como la de Lal, las estadísticas son abrumadoras.

"Han pasado más de 20 años desde que me rescataron, pero veo que hay millones de niños todavía trabajando", Lal se lamenta.

Aun así, sigue luchando por ellos, recordando las palabras de Satyarthi, quien lo rescató del trabajo infantil. 

"Afirma: 'Si cada uno hace su parte, cambiaríamos el sistema y lograríamos que cada niño fuera educado'. Pienso que estoy haciendo mi parte".

Amar Lal, de 26 años, abogado y asesor de Bachpan Bachao Andolan, un movimiento para proteger los derechos infantiles, la prevención del tráfico de niños y trabajo infantil en India, es fotografiado en su oficina en Nueva Delhi, el 9 de junio de 2023.
Image: Sahiba Chawdhary for Global Citizen


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