Nota del Editor: El mencionado decreto en este artículo publicado en Noviembre de 2019, fue derogado por el nuevo Gobierno argentino en Febrero 2020. A continuación la nota original publicada en noviembre.
Argentina pronto podría importar miles de toneladas de desechos plásticos de los Estados Unidos y otros países, llenando un vacío dejado por China cuando este país prohibió las importaciones en 2017, según informó recientemente The Guardian.
El país reclasificó los desechos plásticos como un producto básico en lugar de un producto de desecho en agosto pasado, lo que facilita que las empresas de reciclaje y gestión de desechos lo importen. Luego, el gobierno se unió a los Estados Unidos para votar en contra de una norma propuesta en la convención de Basilea, un organismo que supervisa el comercio internacional de desechos, que habría dificultado que los países desarrollados exporten desechos plásticos a las naciones en desarrollo.
Estos dos pasos hacen que los defensores ambientales y laborales estén preocupados de que pronto puedan establecerse contratos para la importación de residuos plásticos, de acuerdo a lo informado por The Guardian. Les preocupa que un aumento en los desechos plásticos importados pueda conducir a la contaminación del aire y del agua, y contribuir aún más al creciente problema de la contaminación plástica en los ambientes marinos.
La única razón por la que Argentina se convertiría en un vertedero de desechos estadounidenses es porque otros países han decidido dejar de jugar este papel en los últimos años.
En 2017, China dijo que ya no aceptaría docenas de distintos tipos de plástico y otros materiales difíciles de reciclar. Países como los Estados Unidos, Reino Unido y Canadá han luchado para encontrar nuevos lugares para enviar sus desechos plásticos. Uno a uno, los nuevos países, incluidos Tailandia y Filipinas, comenzaron a prohibir el plástico importado.
En primer lugar, países como los Estados Unidos exportan desechos plásticos porque producen mucho más del que pueden reciclar o eliminar de manera sostenible. En lugar de incinerar el plástico o enviarlo a los vertederos, Estados Unidos paga a otros países para que tomen esta basura y asuman las consecuencias ambientales de tratar con ella.
En 2018, Estados Unidos exportó 157,000 contenedores de plástico a otros países, muchos de los cuales ya están saturados de desechos plásticos.
Los desechos plásticos importados a menudo se envían directamente a lugares donde son incinerados, llenando el aire con partículas tóxicas. Otras veces, el plástico se utiliza como relleno en vertederos o es vertido en cuerpos de agua.
La falta de aceptación del mundo del plástico importado ha estimulado a los países a restringir la producción de plástico y buscar alternativas. Decenas de países han promulgado leyes contra el plástico en los últimos años, y la Unión Europea, un importante exportador de plástico, ha prometido eliminar varios plásticos de un solo uso en los próximos años. En los Estados Unidos, las exportaciones de plástico han caído precipitadamente en los últimos años porque muchos países ya no lo aceptan.
Si bien Argentina aún no ha anunciado sus planes para importar desechos plásticos, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos ha comenzado a explorar esa posibilidad, según The Guardian.