El aluminio está renaciendo lentamente. El metal natural más común en la superficie de la tierra se ha utilizado durante mucho tiempo en la vida cotidiana para todo, desde latas de refrescos hasta vigas de construcción.
Pero ahora la naturaleza versátil del aluminio está siendo promocionada por los ambientalistas como una alternativa viable al plástico de un solo uso, que se ha convertido en uno de los contaminantes ambientales más detestados del mundo. En los últimos años, se realizaron huelgas contra el plástico, se promovió el uso de materiales reutilizables y se trabajó en esfuerzos masivos de limpieza de residuos plásticos.
Y ahora las marcas están comenzando a prestar atención.
La marca de agua de coco Vita Coco, por ejemplo, recientemente presentó una nueva botella de agua de aluminio llamada "ever & ever" para resaltar el hecho de que el aluminio es infinitamente reciclable. La botella es una "carta de amor al aluminio" y les permite a los consumidores saber que el 75% de todo el aluminio que se ha fabricado todavía se usa en la actualidad.
El aluminio conserva sus propiedades durante toda su vida útil, que es esencialmente indefinida.
Es importante tener en cuenta que este material no es el santo grial de la sostenibilidad. Cultivar y procesar el aluminio virgen requiere enormes cantidades de energía, lo que hace que el reciclaje sea tan crítico. Es por eso que Novelis, la mayor recicladora de aluminio del mundo, invirtió recientemente $260 millones en el desarrollo de una planta para crear latas que son 90% de aluminio reciclado.
Pero el plástico, por otro lado, casi no tiene ventajas medioambientales. Además de consumir mucha energía, su calidad se degrada casi tan pronto como se convierte en un producto. Muchos tipos comunes de plásticos comerciales son difíciles de reciclar, ya sea porque están hechos de múltiples tipos de plástico que son difíciles de separar, los municipios no tienen las instalaciones adecuadas para procesar diferentes tipos de plástico, o el plástico se ensucia y se contamina en su camino al reciclaje, quedando inutilizable. Como resultado, la mayoría del plástico reciclado sufre un fenómeno conocido como "downcicling", lo que significa que se vuelve menos útil hasta que solo se puede tirar o quemar.
De hecho, solo el 9% del plástico se recicla.
"Si consumes agua con gas, o Coca-Cola, y la tiras en un contenedor de reciclaje, es muy fácil de clasificar y se sabe que está hecho de un solo material", le dijo a Global Citizen Kathleen Pitre, vicepresidenta de sostenibilidad y asuntos públicos de la empresa de envasado de metales Ball. “Cuando se trata de plástico, la botella es un tipo de plástico, la tapa es otro tipo de plástico, la envoltura es otra, y esas deben ser clasificadas por el consumidor o reciclador”.
"Lo interesante del aluminio es que es un material que puede usarse para hacer una bebida, armar una ventana, una lata, una bicicleta o incluso reutilizarse para volver a ser una lata", dijo.
Si bien el 75% del aluminio recolectado todavía está en uso, ese número podría ser mayor si se hubieran implementado sistemas de reciclaje confiables durante el siglo pasado, dijo Pitre.
Hoy en día, la mayoría de los países tienen la capacidad de recolectar y reciclar aluminio y fomentar su reutilización, lo que significa que casi todo el aluminio nuevo terminará reciclado una vez que llegue al final de su primer estado de producto.
El aluminio no es un material nuevo, sino que es usado por algunas de las marcas de bebidas más grandes del mundo.
Sin embargo, muchas empresas que confían en los envases de plástico están buscando alternativas a medida que se hace evidente la magnitud de la crisis mundial de contaminación plástica.
Se han producido más de 8,3 mil millones de toneladas de plástico desde 1950. Casi el 75% de estos residuos se han desechado, y la gran mayoría termina en vertederos o ecosistemas contaminados.
Los océanos, en particular, han sido especialmente afectados por los residuos plásticos. Los animales marinos, desde anfípodos hasta ballenas, han sido dañados por el plástico, y se estima que hay 5,25 mil millones de trozos de microplástico en los océanos, que filtran sustancias químicas al agua, donde son consumidos regularmente por los animales y se abren paso hasta la cadena alimenticia, terminando finalmente en los platos de las personas.
Docenas de países alrededor del mundo han restringido hasta cierto punto la producción de plástico para hacerle frente a esta crisis y organismos internacionales como las Naciones Unidas han negociado acuerdos para ponerle fin a la contaminación plástica en los océanos.
Pero para ganar la lucha contra el plástico, primero se debe crear menos plástico de un solo uso.
Y ahí es donde el aluminio puede jugar un papel importante.
"Hay muchas áreas en las que la gente quiere estar libre de plástico y no tienen tantas opciones", dijo Pitre. “El aluminio es un gran ejemplo de una economía circular que utiliza el mismo material una y otra vez”.
"Lo último que queremos es que las personas se sientan pesimistas", dijo. "Si podemos encontrar maneras de hacer que las personas se sientan poderosas y darles cosas constructivas para que hagan, eso es algo realmente emocionante".