Brasil está planeando subastar partes de la Amazonía y regiones costeras para la extracción de petróleo — justo cuando se prepara para recibir la COP30. La agencia gubernamental de petróleo, ANP, está apuntando a zonas ricas en biodiversidad, como el Margen Ecuatorial, hogar de arrecifes de coral, manglares y especies en peligro de extinción. Muchos de estos bloques también se superponen con territorios indígenas, tierras quilombolas y comunidades tradicionales ribereñas — y están avanzando sin una consulta adecuada. Eso claramente viola tanto leyes nacionales como internacionales.
Los riesgos son enormes. Extraer petróleo en estas áreas podría desatar “bombas de carbono”: garantizar décadas de contaminación, empeorar las sequías en la Amazonía, provocar más inundaciones en el sur y empujar al planeta aún más a la crisis climática. Y muchas de estas zonas ni siquiera atraen interés de empresas debido a los altos costos y riesgos ambientales. Sin embargo, siguen en el mapa, amenazando ecosistemas y comunidades que no podemos darnos el lujo de perder.
Brasil no necesita este petróleo. Su sistema eléctrico ya es mayormente renovable y tiene un enorme potencial para liderar el mundo en energía solar, eólica e innovación limpia. Elegir el petróleo por encima de las personas y el planeta es un gran retroceso — y no refleja el futuro que quieren los brasileños ni el liderazgo que necesita el mundo.
El mensaje es claro: nada de petróleo en áreas protegidas. Etiqueta a @ANPgovbr y @LulaOficial en X/Twitter y pídele que saquen estos bloques de la mesa — para siempre.