Antes de que el COVID-19 se extendiera por las comunidades, estábamos en medio de una crisis climática y de hambre. Millones de personas se iban a dormir con hambre todas las noches, sin acceso regular a suficientes alimentos seguros, y nutritivos.
La pandemia ha empeorado aún más este escenario sombrío. Las familias y los agricultores que viven en comunidades rurales, en algunos de los países más vulnerables, están luchando por producir suficientes alimentos y no pueden permitirse comprar lo que está disponible. Todavía hay crisis climáticas que amenazan el suministro de alimentos y gran parte de África está saliendo de su peor sequía en años. Estas condiciones amenazan con causar una crisis alimentaria a millones de personas, lo que hace que la recuperación de la pandemia sea aún más precaria.
Los agricultores de las comunidades rurales se encuentran en la primera línea de esta crisis y necesitan nuestro apoyo.
La financiación ayudará a las comunidades agrícolas más vulnerables del mundo en las zonas rurales a mantenerse resilientes. Hacemos un llamado a los líderes mundiales para que den un paso adelante y combatan el hambre, para garantizar que esta crisis de salud no se transforme en una crisis mundial de hambre.
Al invertir en la agricultura y los agricultores, los gobiernos y los donantes de todo el mundo pueden ayudar a establecer la seguridad alimentaria, aumentar la estabilidad social y proteger el medio ambiente de daños mayores.
¡Firma nuestra petición ahora! Ayúdanos a pedir a los líderes mundiales que inviertan más en agricultura para que los agricultores puedan cultivar más alimentos, acabar con el hambre y darles una mejor oportunidad de salir ilesos de esta pandemia.